"El presidente se fue a dormir", fue la breve respuesta que el secretario de Jair Bolsonaro le dio a los ministros de gobierno que intentaron hablar con el mandatario en la noche de domingo, luego de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil confirmara la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva.

Luego de semanas de criticar el sistema electoral brasileño y de que se repitieran en los debates presidenciales las preguntas de si aceptaría el resultado final de los comicios, Bolsonaro se fue a dormir sin reconocer la victoria de su rival ni felicitarlo.

"Es la primera vez desde 1998, cuando se implantaron las urnas electrónicas y los resultados de las elecciones empezaron a contarse rápidamente, que un candidato evita hacer declaraciones públicas tras hacerse oficial su derrota", indicó Nathalia Passarinho de BBC Brasil.

Pero los que sí hablaron fueron funcionarios y políticos aliados al mandatario, quienes descartaron que haya posibilidades de cuestionar los resultados que le dieron la tercera presidencia a Lula.

"La voluntad de la mayoría manifestada en las urnas nunca debe ser impugnada y avanzaremos en la construcción de un país soberano, justo y menos desigual", dijo el presidente de la Cámara de Diputados y aliado de Bolsonaro, Arthur Lira.

Ricardo Salles, exministro del gobierno bolsonarista que fue elegido para esta Cámara, siguió en esta misma línea y consideró que es un momento para la serenidad:

"El resultado de las elecciones más polarizadas de la historia de Brasil trae consigo muchas reflexiones y la necesidad de buscar formas de pacificar un país literalmente dividido por la mitad", señaló.

Otro exministro de Bolsonaro, Sergio Moro, artífice de la condena por corrupción contra el presidente nuevamente elegido que luego fue anulada, escribió en su Twitter que "la democracia es así".

"El resultado de unas elecciones no puede ser superior al responsabilidad que tenemos con Brasil. Trabajemos por la unión de los que quieren el bien del país", señaló Moro, quien fue elegido senador por el estado de Parana.

Dudas sembradas

Como recuerda Nathalia Passarinho, "durante la campaña y a lo largo de su gobierno, Bolsonaro dijo más de 100 veces, sin presentar pruebas, que el sistema electoral no era confiable".

El presidente había utilizado sus redes sociales para difundir teorías conspirativas contra la seguridad de las urnas electrónicas y atacar a Alexandre de Moraes, el responsable del TSE, al que acusó de estar detrás de "cosas raras" en contra de su reelección.

Aún se recuerda en Brasil su respuesta de cómo dejaría el poder: "Salgo preso, muerto o con una victoria".

"Así que hay dudas sobre si reconocerá o no los resultados. Los aliados de Bolsonaro dicen que se espera que haga una declaración hoy (este lunes), pero ninguno ha aventurado el contenido", dijo la periodista de BBC Brasil.

Sin embargo, este domingo De Moraes dijo que el mantario lo había atendido con "extrema cortesía" e incluso agradecimiento cuando le informó que estaba a punto de informar los resultados de la contienda electoral, informó Folha de Sao Paulo.

El profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Colorado (EE.UU.) Benjamin Teitelbaum dijo a BBC Brasil tras conocerse el anuncio del TSE que, en caso de cuestionar el desenlace de las elecciones, Bolsonaro tendría un mayor margen de maniobra que el que tuvo Donald Trump en Estados Unidos.

"Hay un peligro particular en Brasil que no existía en Estados Unidos. Porque si él quiere disputar el resultado, tiene muchos más recursos de los que tenía Trump".

Estos recursos a los que alude Teitelbaum son la influencia y fortaleza actual de Bolsonaro en la burocracia estatal brasileña. Una burocracia estatal que en EE.UU. fue clave para detener los intentos del expresidente republicano por impugnar los resultados tras su derrota contra Joe Biden.

El regreso de Lula da Silva a la presidencia de Brasil
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