A ambos les gusta desplazarse por Londres en bicicleta, los dos dividen tanto a sus propios partidarios como a la opinión pública, y los dos aspiran al título de primer ministro de Reino Unido.

Pero ahí parecen agotarse las semejanzas entre Boris Johnson y Jeremy Corbyn, los principales protagonistas de las elecciones británicas de este 12 de diciembre.

Para empezar, tanto los orígenes como las trayectorias, propuestas y hasta estilos de ambos políticos no podrían ser más divergentes.

Y, en cierto sentido, muchas de las diferencias entre el líder conservador y el líder laborista también son emblemáticas de aquellas que, al menos en la imaginación popular, persisten entre ambos partidos.

Johnson es un hijo de la élite, formado en las mejores escuelas del país, y ya era toda una celebridad mucho antes de que consiguiera remplazar a Theresa May en el cargo que espera revalidar este jueves.

Y sus críticos le reprochan una vida de impunidad y privilegios, en la que no habría dejado a las convicciones interferir con sus ambiciones.

Corbyn, por su parte, sorprendió a todos cuando fue electo líder del Partido Laborista después de años como un relativamente oscuro diputado que destacaba por su férrea lealtad a sus principios.

Y, para sus críticos, el barbudo de 70 años que prefiere comprar ropa de segunda mano y pasar su tiempo libre en su huerto, no es sino un típico izquierdista ortodoxo anclado en el tiempo.

En ambos casos, sin embargo, la realidad es un poco más compleja.

¿Quiénes son realmente Boris Johnson y Jeremy Corbyn?

Boris Johnson: ¿nacido para gobernar?

La principal carta de presentación de Boris Johnson en estas elecciones ha sido su decidido apoyo al Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Pero aunque él mismo utiliza la etiqueta para autodescribirse, el líder conservador ciertamente no es el típico "euroescéptico".

Bisnieto de un periodista turco que emigró al Reino Unido, e hijo de un padre diplomático y una madre artista, Johnson nació en Nueva York y pasó su infancia en EE.UU., Inglaterra y Bruselas.

Y además de descender del rey Jorge II de Inglaterra, Alexander Boris de Pfeffel Johnson -su nombre completo- también tiene antepasados alemanes, franceses y rusos.

Sus años formativos, sin embargo, los pasó en el prestigioso internado inglés de Eton, donde empezó a cultivar la personalidad excéntrica que lo caracteriza.

Y luego de estudiar clásicos en la Universidad de Oxford incursionó en el mundo del periodismo, donde rápidamente demostró su apetito por la controversia.

Primero el diario The Times lo despidió por inventarse una cita. Luego, como corresponsal de The Daily Telegraph en Bruselas se hizo famoso por un periodismo que, en las palabras del viceeditor de política de la BBC, John Pienaar, "mezclaba hábilmente hechos con ficciones euroescépticas".

Y más tarde, de regreso en Reino Unido, demostró que tampoco le importaba ofender a ciertos lectores, por ejemplo utilizando lenguaje peyorativo para referirse a los africanos o describiendo a las madres solteras como "ignorantes, agresivas e ilegítimas".

Ese estilo "honesto y directo", sin embargo, no solo ayudó a aumentar la circulación de las publicaciones en las que trabajaba, sino que terminó convirtiendo al futuro primer ministro en una celebridad, ayudado por sus continuas apariciones televisivas en un programa de comedia política de la BBC.

Y en 2001 Johnson dio el salto a la política haciéndose elegir diputado conservador, para en 2007 hacerse con la alcaldía de Londres y alcanzar fama mundial durante los Juegos Olímpicos celebrados cinco años más tarde.

Durante ese período el hombre que para entonces los británicos ya conocían simplemente como Boris consolidó su imagen de inglés excéntrico y erudito que no le tiene miedo al ridículo, y de bonachón afable y desaliñado que sabe hacerse perdonar con humor sus numerosas metidas de pata.

Pero el político ambicioso y calculador detrás del personaje quedó en evidencia en 2016, cuando Johnson decidió apoyar la opción "salir" en el referendo sobre la pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea.

El hombre del Brexit

Por un lado, eso implicó darle la espalda a su líder en el Partido Conservador -y antiguo compañero de Eton- David Cameron.

Pero además muchos están convencidos de que Johnson -quien poco antes del referendo escribió una columna a favor y otra en contra del Brexit- eligió lado por conveniencia política.

El exalcalde de Londres rápidamente se postuló para remplazar a Cameron una vez que la victoria de la opción "salir", que lo tuvo como principal figura, obligó a la renuncia de este.

Y cuando el Partido Conservador eligió como líder -y primera ministra- a Theresa May, Johnson no tardó en hacer campaña contra la mujer que lo puso al frente de la cartera de Relaciones Exteriores, acusándola de ser demasiado timorata en las negociaciones con Bruselas.

El político de 55 años finalmente logró hacerse con ambos puestos en julio de este año, cuando May se vio obligada a renunciar luego de no conseguir que el parlamento aprobara el acuerdo negociado con la Unión Europea.

Entonces, como ahora, su principal promesa fue que él sí iba a lograr sacar a Reino Unido de la UE, si es necesario sin que medie un acuerdo.

Y en ambas campañas -al igual que en la del referendo- Johnson también ha sido acusado de recurrir a medias verdades, promesas imposibles y afirmaciones engañosas.

Su liderazgo también ha divido al Partido Conservador, con importantes figuras del ala más pro-europea del partido renunciando o siendo expulsados del mismo.

Pero Johnson confía en que el apoyo de los partidarios del Brexit le permitirá conservar su puesto.

Pero para remplazar a May sin embargo, el actual Primer Ministro solamente tuvo que convencer a los conservadores.

Y ahora tiene que convencer a todo el electorado británico de que es el mejor candidato para el cargo.

Jeremy Corbyn: ¿el turno de la izquierda?

Jeremy Corbyn ha hecho campaña prometiendo nacionalizaciones, más inversión en los servicios públicos y más impuestos para los más ricos, su receta para una sociedad que funcione "para la mayoría y no para unos pocos".

Para sus críticos, es casi una caricatura del arquetípico "izquierdista barbudo" que ha llevado al partido Laborista de regreso a los días en que la pureza ideológica importaba más que ganar elecciones.

Pero, para sus seguidores, es el único hombre honesto que queda en la política británica. Y, curiosamente, también es el que mejor ha conectado con las nuevas generaciones, a pesar de sus 70 años de vida y 40 en política.

Corbyn, sin embargo, se había ido convirtiendo en una figura cada vez más marginal del Partido Laborista -en el que ha militado toda su vida- luego del viraje al centro de Tony Blair a mediados de la década de 1990.

Y su elección como líder en 2015 sorprendió a propios y extraños, aunque su estilo sencillo y sus convicciones a toda prueba claramente han resonado entre unos votantes cada vez más cansados de los políticos con más forma que substancia.

Corbyn, en contraste, siempre ha sido un modelo de coherencia. Y su frugalidad es legendaria: "No gasto mucho dinero. Llevo una vida bastante normal y me muevo en bicicleta, ni siquiera tengo auto", le dijo al diario The Guardian.

El líder laborista es además vegetariano, casi nunca bebe alcohol y le rehuye al azúcar, aunque según The Financial Times eso no le impide hacer su propia mermelada con frutas de su huerto.

Pero el claro giro a la izquierda que ha dado el Partido Laborista bajo su liderazgo también le ha permitido a con los conservadores pintarlo como un comunista al que no se le puede confiar la economía.

Nacido en el seno de una familia de clase media, Jeremy Bernard Corbyn creció en la Inglaterra rural pero se educó en escuelas privadas de Gales, de las que salió odiando la educación elitista.

De hecho, se dice que se divorció de su segunda esposa, la chilena Claudia Bracchita, por causa de la insistencia de esta en enviar a su hijo Ben -actualmente entrenador de fútbol- a un colegio privado en lugar de uno público.

Para unos, ese es otro ejemplo de su coherencia. Pero para otros, simplemente refleja su inflexibilidad y ortodoxia.

Su primera esposa, por su parte, dice haberse enamorado de su honestidad y principios. Pero Jane Chapman eventualmente se cansó de la intensidad con la que vivía la política.

Y actualmente Corbyn está casado con la mexicana Laura Álvarez,, otro ejemplo de una relación bastante cercana con América Latina también evidente en su dominio del español, que habla fluidamente.

"Izquierda dura"

A menudo descrito como un exponente de la izquierda dura británica, Corbyn cuenta además al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador entre sus amigos, y se ha cuidado de criticar públicamente a mandatarios como Daniel Ortega o Nicolás Maduro.

Pero durante los últimos 50 años, Corbyn también ha apoyado cusas como la lucha contra el Apartheid y el desarme nuclear y se ha movilizado contra la guerra en Irak y en apoyo a los palestinos.

Corbyn, sin embargo, también ha sido criticado por dirigirse a grupos como Hezbollah y Hamas como sus "amigos", pero el argumenta haberlo hecho en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto entre Israel y los palestinos.

Y durante su liderazgo el partido Laborista se ha visto sacudido por acusaciones de antisemitismo, aunque él afirma que no hay lugar para ningún tipo de discriminación en el partido.

Por lo demás, en una elección dominada por el Brexit, también ha evitado tomar una posición clara sobre el tema.

Un euroescéptico de origen, a Corbyn se le acusa de no haber hecho todo lo que podía para apoyar la campaña a favor de permanecer en la Unión Europea durante el referendo de 2016, la posición oficial del Partido Laborista.

Y aunque finalmente aceptó apoyar un segundo referendo, también ha dicho que antes negociará un mejor acuerdo de salida con la UE y luego permanecería neutral en el mismo.

Sus aliados dicen que esta neutralidad -duramente criticada tanto por partidarios y oponentes del Brexit- es un ejemplo de pragmatismo en un país bastante dividido.

Pero esta posición parece haber reducido el apoyo de los jóvenes que le ayudaron a dar la sorpresa en las elecciones de 2017.

Entonces, como ahora, Corbyn llegó a los comicios muy por detrás del candidato conservador en las encuestas pero terminó evitando que Theresa May consiguiera una mayoría.

Y en esta ocasión espera que sus ambiciosas propuestas le permitan dar otra sorpresa.

 

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