Es la primera vez que se presenta a unas elecciones, tiene menos de 40 años y no pertenece a ningún partido político.

Sin embargo, Emmanuel Macron encabeza la carrera hacia la presidencia de Francia.

De confirmarse las encuestas, este candidato atípico se enfrentará en el balotaje a Marine Le Pen, quien está en disposición de llevar a la ultraderecha a la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales francesas por segunda vez en este siglo.

El apoyo de ambos roza el 25%. Pero la carrera electoral en la primera vuelta será muy ajustada.

A muy corta distancia de Macron y Le Pen se sitúan el conservador François Fillon y Jean Luc Mélénchon, de la plataforma de izquierdas Francia Insumisa, con cerca del 20% de previsión de votos cada uno.

Más lejos, con aproximadamente un 10%, queda el socialista Benoit Hamon.

Pero, ¿quién es Emmanuel Macron? ¿Cómo logró en menos de un año posicionarse como favorito a ganar las presidenciales del próximo 23 de abril en la segunda economía de la Unión Europea? ¿Y es realmente es la opción más firme para vencer a Le Pen?

En Marche!

Macron saltó a la escena política primero como asesor económico del presidente socialista François Hollande y, desde 2014 como su ministro de Economía.

Antes había trabajado como banquero de inversión en Rothschild & Cie.

En abril de 2016, sin haber dejado aún su cartera en el gobierno, lanzó el movimiento En Marche! (¡En marcha!) con un acto público en Amiens, su ciudad natal, en el norte del país.

En aquel momento aseguró que su intención era superar las diferencias tradicionales entre la izquierda y la derecha.

"Refundar desde abajo, de manera sincera, auténtica, verdadera. La idea de este movimiento político es una dinámica: ante el bloque de la sociedad, intentar avanzar", afirmó en Amiens.

Macron se presenta como liberal en lo social, partidario de la desregulación económica y defensor a ultranza del actual modelo de Unión Europea.

Cuando en noviembre, seis meses después de la creación de En Marche!, el ya exministro anunció su candidatura, algunos vieron en esa decisión un salto al vacío.

Sin embargo, a medida que avanzó la campaña presidencial, Macron afianzó su liderazgo en las encuestas.

Y el joven candidato se perfila como el rival más probable de Le Pen en el balotaje.

Pero, ¿quién resultaría vencedor en ese hipotético duelo?

La "mejor opción"

"Hay gente que argumenta que Macron es la mejor opción para frenar a Marine Le Pen porque al ser más centrista puede recabar apoyos tanto a izquierda como a derecha", le dice a BBC Mundo el profesor Philippe Marlière, de la University College London.

"Sin embargo, también se dice que su punto débil es que no se sabe bien de dónde viene, que no tiene experiencia? mientras que Le Pen es una buena competidora", agrega.

No obstante, la mayor parte de los analistas duda de las posibilidades reales de Le Pen de llegar a la presidencia: en una segunda vuelta, señalan, la candidata del FN tendrá difícil superar el 50% de los votos necesarios para vencer.

En este sentido, el politólogo Thomas Guénolé relativiza la importancia del rival a la hora de frenar a la candidata del Frente Nacional en el balotaje.

"Todos vencerían a Le Pen en la segunda vuelta. Todos, incluso Jean Luc Mélénchon, el candidato de la izquierda radical, vencería a Marine Le Pen en el balotaje por 57% contra 43% de acuerdo con una encuesta reciente. ¿Qué significa esto? Marine Le Pen tiene absolutamente cero posibilidades de ganar contra cualquiera", afirma el analista en diálogo con BBC Mundo.

No obstante, las viejas claves de lectura política en Francia parecen no servir para interpretar los comicios del próximo 23 de abril.

Una situación inédita

La irrupción de Macron, la fortaleza de Le Pen, el ascenso de Mélénchon y la debilidad de los principales partidos tradicionales dibuja unos resultados inciertos en los que se prevé una elevada abstención.

Y el posible paso de Macron a la segunda vuelta al frente de un movimiento político que no está constituido como partido y que no cuenta con representantes electos plantea una situación inédita en la historia reciente del país.

En caso de llegar a la presidencia, Macron dependerá para gobernar del apoyo de diputados de otros grupos, al menos hasta las elecciones legislativas de junio.

Guénolé trata de ilustrar el quién es quién de las elecciones presidenciales francesas a través de un paralelismo con la política estadounidense.

"Emmanuel Macron es la versión francesa de Hillary Clinton. Es un defensor de la globalización que intenta que se le considere de izquierdas porque asegura que la extrema derecha es mala. Es curioso porque Le Pen sería la versión francesa de Donald Trump y Jean Luc Mélénchon, el candidato de la izquierda radical, sería la versión francesa de Bernie Sanders", agrega el politólogo.

Para explicar la popularidad de Macron, apuntan los analistas, hay que entender la coyuntura que atraviesan los partidos tradicionales.

Por un lado, parte del Partido Socialista (incluido el primer ministro Manuel Valls) ha apoyado a su candidatura.

"Pensaron que el ganador de las primarias socialistas, Benoit Hamon, es demasiado 'de izquierdas' para ellos", señala Guénolé.

La caída de Fillon

Por otro, el conservador François Fillon perdió su condición de favorito en los sondeos por su presunta implicación en una serie de escándalos de corrupción que le salpicaron en los últimos meses.

Rezagado Fillon en la carrera electoral, aumentaron quienes ven en Macron el rival más fiable frente a Marine Le Pen.

Y en un clima de desafección frente a las clases políticas, el líder de En Marche! se postula como una alternativa a los partidos tradicionales y reclama (como hace el Frente Nacional desde otras coordenadas ideológicas) el voto de los electores descontentos.

"Macron es una especie de populista en el centro. El populismo puede ser de derechas, de extrema derecha, de izquierda o de extrema izquierda, pero también puede ser centrista. Él está diciendo a la gente que efectivamente las cosas están mal y que no es de derecha ni de izquierda. Les dice: síganme, soy un líder fuerte", apunta Marlière.

Sin embargo, es difícil encuadrar a Macron fuera del "establishment" político y económico francés.

Al contrario, el experto lo describe como como un "hombre del sistema". "Las grandes empresas y los grandes medios quieren que sea elegido", opina.

Y ese es uno de los flancos a los que Le Pen dirige sus ataques contra él. "Es un vacío absoluto, sideral", afirmó la candidata del FN en el primer debate presidencial el pasado 20 de marzo.

El exministro de Economía es lo que en Francia se conoce como un "enarca", un egresado de la Escuela Nacional de Administración, la prestigiosa institución educativa por la que pasa buena parte de los altos funcionarios del país y de sus líderes políticos.

"La cuestión es que intenta crear una marca Emmanuel Macron que es nueva, moderna, joven, fresca e innovadora. Sin embargo, viene de los círculos más altos de la élite clásica francesa. Y lo que defiende son las políticas económicas que hemos estado aplicando en los últimos 20 años", afirma Guénolé.

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