El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, acusó este miércoles a Irán de "alarmantes y continuas provocaciones" y de "exportar el terror y la violencia, desestabilizando así a varios países" de Medio Oriente.

Las declaraciones las hizo un día después de que se anunciara por medio de una carta enviada al Congreso que el gobierno del republicano Donald Trump está revisando el acuerdo nuclear alcanzado por seis potencias con Teherán en 2015.

Tillerson compareció ante la prensa en el Departamento de Estado para subrayar sus dudas sobre el pacto, alcanzado bajo el mandato del anterior presidente, el demócrata Barack Obama.

En concreto, dijo que el acuerdo "fracasó" en su objetivo, y que si no se imponen más restricciones a Irán, ese país podría seguir los pasos de Corea del Norte "y llevarse consigo al mundo".

Washington ya acusó este martes a Pyongyang de "provocaciones", cuatro días después de que éste llevara a cabo una prueba fallida con misiles.

A lo que Corea del Norte respondió que seguirá llevando a cabo ensayos "cada semana, cada mes, cada año" y que responderá a una intervención militar de EE.UU. con un "ataque nuclear preventivo", lo que desatará una "guerra total".

"Enfoque fracasado"

Así, en este momento de fuertes tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte, Tillerson advirtió que Teherán podría convertirse en un nuevo Pyongyang si no se le imponen "restricciones".

"Un Irán sin restricciones tiene el potencial de seguir el mismo camino que Corea del Norte y llevarse consigo al mundo. Estados Unidos quiere evitar una segunda prueba de que la paciencia estratégica es una táctica fallida", afirmó.

Y de nuevo utilizó la expresión "paciencia estratégica", de la que hizo uso el vicepresidente Mike Pence la semana pasada para referirse a la táctica empleada por el gobierno de Obama para lidiar con Pyongyang.

Asimismo, insistió en que el acuerdo nuclear multilateral alcanzado con Teherán hace dos años y conocido como JCPOA, por sus siglas en inglés, "fracasa a la hora de conseguir el objetivo de un Irán no nuclear".

"Solamente retrasa su fin de convertirse en un estado nuclear", subrayó el jefe de la diplomacia estadounidense.

"Patrocinio del terrorismo"

Según Tillerson, dicho pacto "ignoró completamente todos los otros riesgos que representa Irán", como su "patrocinio del terrorismo".

Y frente a eso, y a diferencia del acuerdo nuclear que "representa el mismo enfoque fracasado del pasado", el titular de Exteriores de EE.UU. cree que hay que "lidiar con Irán de forma integral".

Para ello, EE.UU. está revisando si mantener el levantamiento de sanciones a Teherán, incluido en el pacto, sigue siendo "de interés nacional", explicó Tillerson.

"No tenemos ninguna intención de pasarle la pelota de Irán a una futura administración", subrayó.

El pacto se alcanzó en 2015, después de que el Organismo Internacional de Energía Atómica (AIEA, por sus siglas en inglés), certificara que Teherán había restringido sus actividades nucleares.

El entonces presidente de EE.UU., Barack Obama, argumentó que el acuerdo entre Irán y seis potencias mundiales, entre ellas China, Rusia y el Reino Unido, era la mejor manera de impedir que Irán construyera un arma nuclear.

Pero el actual mandatario, el republicano Trump, ha descrito el acuerdo histórico como el "peor acuerdo de todos".

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