Cuando Laura Tróchez regresó de su trabajo este sábado tuvo que sortear varios obstáculos para llegar a su casa en Tegucigalpa, la capital de Honduras: buses quemados, comercios saqueados, vidrieras rotas, calles bloqueadas?

La imagen, cuenta, es recurrente desde el pasado miércoles, cuando las demoras en la publicación de los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo derivaron en protestas y actos vandálicos que han llevado al gobierno a declarar el toque de queda.

"La ciudad ahorita se encuentra bajo un manto de incertidumbre, violencia extrema y miedo. Solo el hecho de salir a mi trabajo es como pasar por un campo minado y el regreso igual. Está tenso el ambiente", cuenta a BBC Mundo.

Hace seis días, Honduras celebró las elecciones presidenciales para definir quién gobernará el país por los próximos cuatro años, pero por primera vez desde el regreso de la democracia, los resultados de los comicios no se conocen casi una semana después.

Los dos principales candidatos, el presidente Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, y Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición de la Dictadura, se declararon vencedores desde el mismo día, sin que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) hubiera informado siquiera el primer corte de los conteos.

Tras la inusitada espera, el TSE informó que Nasralla se imponía a Hernández por un estrecho margen que se fue ampliado hasta cinco puntos. Pero ocurrió una falla en el sistema de trasmisión de datos, y, al recuperarse, el actual mandatario superaba por un punto a su contrincante.

El hecho conllevó a que el candidato de la Alianza de Oposición de la Dictadura convocara a sus seguidores a manifestarse y las protestas tomaron las calles de la capital y varias ciudades desde el mismo lunes.

Pero dos días después, las calles comenzaron a ser bloqueadas, los mercados saqueados, varias propiedades privadas asaltadas o quemadas y hasta algunos bancos fueron asaltados.

"Lo que empezó siendo una resistencia porque el Tribunal Supremo Electoral no hizo bien su trabajo, sumado a la irresponsabilidad de que los dos candidatos presidenciales se declararan ganadores sin tener una tendencia definitiva, ahora se ha volcado en una apertura para la anarquía. Esto hoy ya es la anarquía total", comenta Tróchez.

Miedo en las calles

Laura Saldaño, una residente de Tegucigalpa, asegura a BBC Mundo que el pasado jueves, cuando regresaba a su casa por una calle que se encontraba bloqueada, unos hombres encapuchados rompieron el cristal de su carro con una piedra.

De acuerdo con Saldaño, dos días después, pese al toque de queda, la situación no ha mejorado: "casi todos los comercios están cerrados, hay protestas todavía, pero en general todo está cerrado. El ambiente en general es que la gente tiene mucho miedo", afirma.

De acuerdo con esta hondureña, que imparte clases de español en una escuela en el centro de la capital, detrás de la situación actual se encuentran los llamados a las protestas de uno de los bandos que participó en los comicios.

"Nasralla y los seguidores de la Alianza (de Oposición de la Dictadura) son los responsables de esta situación. Están llamando a sus seguidores y a los estudiantes a que hagan estas cosas. Son ellos los culpables de lo que está pasando. Son gente que están poniendo sus intereses personales por encima", afirma.

Sin embargo, Leonel Santos, uno de los líderes estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, afirma que los jóvenes universitarios y los seguidores de Nasralla han tomado las calles en protestas pacíficas y han sido otras personas quienes han protagonizado los actos de violencia.

"Ayer estábamos en una toma de carreteras pacíficas y llegaron unos encapuchados (había varios estudiantes que también lo estaban) y comenzaron a romper una vidriera y saquear una tienda de electrodomésticos", relata a BBC Mundo.

Según la versión de Santos, varios estudiantes intentaron detenerlos, pero no lo lograron e incluso llegaron a la violencia.

El líder estudiantil también acusa a las autoridades de incidentes ocurridos en varias regiones del país.

"Nosotros hasta ahora tenemos confirmado que le han disparado a tres de nuestros compañeros. Hoy mismo se está celebrando el velorio de una compañera que anoche salía de su casa a buscar a otros compañeros y los militares le dispararon en la frente", asegura.

Hasta este sábado, las autoridades de Honduras solo habían confirmado dos muertos durante las protestas, aunque medios locales subían la cifra a siete.

Incertidumbre

Mientras la situación se agrava en las calles, la incertidumbre sobre el anuncio de los resultados también aumenta.

En la tarde de este sábado, el TSE convocó a las directivas de los dos partidos en pugna para analizar en la mañana del domingo más de 1.000 actas que, según el Tribunal, presentan problemas y serían las que podrían definir los resultados.

Sin embargo, la Alianza de Oposición de la Dictadura exige que se revisen más de 5.000 por lo que no se presentó este sábado al conteo y convocó a sus seguidores para una manifestación el domingo.

"Si las urnas pacificas no te dan democracia. Que sea lo que la gente decida, ya no quiero muertos pero será un genocidio silencioso solo rendirse", asegura a BBC Mundo Octavio Paredes Soto, un seguidor de Nasralla.

Mientras, Laura Saldaño opina que los llamados a nuevas protestas solo aumentaran la tensión y la violencia.

"Creo que hay que esperar a los resultados y respetarlos y no llamar más a la violencia. Eso solo va a generar más violencia y ya la situación es bastante compleja", sostiene.

Sin embargo, muchos hondureños dudan de si el simple anuncio de los resultados, a estas alturas, calmará la crisis que se ha generado durante los últimos días.

"El problema es que ya con esta demora el TSE perdió la poca credibilidad que ya tenía. Si Juan Orlando (Hernández) gana finalmente por fraude, la gente se va a molestar. Y si gana porque en realidad fueron suyas las elecciones y su victoria es legítima, ya a estas alturas no se va a creer", opina Tróchez.

El Tribunal, que ha sido cuestionado por su cercanía al presidente y por permitir su reelección, prohibida por la Constitución, asegura que las demoras obedecen al "debido proceso" para garantizar la legitimidad y la transparencia de los comicios.

"Lo peor es que como están las cosas, ya no importa lo que digan, el país está en crisis y esto solo promete ponerse peor cuando finalmente anuncien los resultados", concluye Tróchez.

Por lo pronto, durante los próximos 10 días, en Honduras se mantiene el toque de quede en las noches y el despliegue policial y militar durante el día en todo el país.

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