Los incendios que desde hace semanas arden en la selva amazónica de Brasil han causado alarma internacional y han provocado que poderosas empresas empiecen a boicotear al país sudamericano.

H&M, el segundo minorista de moda más grande del mundo después de Inditex, suspendió la compra de cuero de Brasil debido a los posibles vínculos entre la cría de ganado y los incendios que devastan partes de la Amazonía.

"Debido a los severos incendios en la parte brasileña de la selva amazónica y las conexiones con la producción de ganado, hemos decidido poner un veto temporal al cuero de Brasil", dijo la firma sueca en un comunicado enviado a la agencia de noticias AFP.

"La suspensión estará activa hasta que existan sistemas creíbles para verificar que el cuero no contribuya al daño ambiental en la Amazonía", añadió.

A fines de agosto, la compañía estadounidense de modas VF Corporation -dueña de Timberland, Vans, The North Face y Kipling, entre otras marcas- también suspendió la compra de cuero brasileño.

VF dijo que reanudará la compra de cuero brasileño cuando "tenga la confianza y la seguridad de que los materiales utilizados en nuestros productos no contribuyen al daño ambiental en el país".

Datos satelitales del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (Inpe) señalan que, entre enero y agosto, los incendios en el país han aumentado en más de 80% con respecto al mismo periodo de 2018.

Más de la mitad de estos incendios se desataron en la Amazonía y miles de ellos siguen ardiendo.

Exportaciones de cuero

No está claro cómo afectan estas medidas a la industria del cuero en Brasil.

El Centro de Industrias de Curtidos de Brasil, el principal grupo de comercio de cuero en ese país, registró exportaciones por US$1.440 millones de cuero bovino en 2018, informó la agencia de noticias Reuters. Sus principales mercados de exportación fueron Estados Unidos, China e Italia.

H&M dijo a Reuters que la mayor parte del cuero que adquieren proviene de Europa.

La Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, es una reserva vital de carbono que ralentiza el ritmo del calentamiento global.

En ella habitan un millón de personas de poblaciones indígenas, y alrededor de tres millones de especies de plantas y animales.

Diversos grupos ambientalistas culpan al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por la difícil situación de la Amazonía, por supuestamente alentar a los madereros, agricultores y ganaderos a quemar la vegetación para "despejar" la tierra.

Bolsonaro niega estas acusaciones. Sin embargo, tras una intensa presión de líderes y organismos internacionales por los incendios, el mandatario tomó medidas para combatir el fuego.

A fines de agosto, autorizó el despliegue de cerca de 44.000 soldados en reservas naturales, tierras indígenas y áreas fronterizas de la región para luchar contra el fuego.

El líder brasileño también firmó una ley que prohíbe el uso de fuego en las llamadas "quemas controladas" en todo el país por 60 días.

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