"Advertimos de los peligros del edificio, incluido el riesgo de incendio, pero las autoridades se negaron a investigar".

Así le aseguró a la BBC David Collins, el expresidente de la agrupación de vecinos de la Torre Grenfell, el bloque de viviendas del oeste de Londres devorado por las llamas y en el que continúan las labores de rescate.

Mientras los bomberos siguen combatiendo las llamas, la Policía Metropolitana confirmó la muerte de seis personas y advirtió que la cifra puede aumentar.

Además, unas 50 víctimas han sido llevadas a cinco hospitales de la capital británica.

Pero lo explicado por Collins ya lo había advertido antes la asociación, el Grupo de Acción de Grenfell, en una nota publicada en su página web el 20 de noviembre del año pasado.

"Es un pensamiento verdaderamente aterrador, pero el Grupo de Acción Grenfell cree que sólo una catástrofe puede dejar al descubierto la ineptitud y la incompetencia del propietario de nuestro edificio, la Organización de Gestión de Inquilinos de Kensington y Chelsea (KCTMO, un ente público), y terminar con las peligrosas condiciones de vida y las descuidadas medidas de salud y seguridad a las que tiene sometidos a sus inquilinos y arrendatarios", reza el texto.

"Estamos convencidos de que sólo tras un incendio grave en un bloque de viviendas o en otro edificio con alta densidad poblacional podrán ser desenmascarados aquellos que tienen poder dentro de la KCTMO y ser llevados ante la justicia".

Varios de los vecinos que lograron salir con vida del bloque de viviendas sociales aseguraron a la BBC no haber oído la alarma de incendios.

Otros mencionaron el revestimiento del edificio y un refrigerador que habría explotado como posibles desencadenantes del fuego.

Sin embargo, el jefe bomberos Dany Cotton aclaró que todavía no se conoce qué causó las llamas, insistió en que decir lo contrario sería especular.

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