La noticia se difundió rápidamente a principios de este mes y a casi todo el mundo le sorprendió: un descendiente de aquella familia no muy numerosa del Véneto, en el norte de Italia, estaba cerca de convertirse en el próximo presidente de Brasil.

Después de la primera vuelta, en la que el candidato Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal, PSL) obtuvo el 46% de los votos válidos, se produjo un gran revuelo en los archivos y registros parroquiales de Anguillara y San Martino di Venezze, municipios hermanos separados por el extenso río Adigio.

En ellos todavía viven algunas decenas de Bolzonaro: con z, en su forma original en italiano.

Fue en la primera de estas dos localidades en la que Luigi Polo, el alcalde y un obsesionado con la historia local, encontró los registros que daban la clave: el presidenciable brasileño es originario de Anguillara.

Allí nació su bisabuelo Vittorio Bolzonaro, que emigró a Brasil en abril de 1888, a los 10 años, en compañía de sus padres y de dos hermanos. Semanas después de embarcar en Génova, la familia llegó al puerto de Santos, en el estado de Sao Paulo, donde creció y aún hoy mantiene sus raíces.

Angelo, el hijo de Vittorio nacido en Brasil años más tarde, se casó con una brasileña descendiente de alemanes y en 1927 la pareja tuvo a Percy Geraldo.

Veintiocho años después, nació el tercero de los seis hijos de Percy, Jair Mesias Bolsonaro, bautizado con el nombre de un famoso jugador del Palmeiras (equipo favorito del padre) de la década de 1950.

Este domingo, las urnas pueden consagrar a Jair Bolsonaro como el 38º presidente de la historia brasileña.

Sin embargo, sea cual sea el resultado, el clan que lleva su apellido ya hizo historia.

Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos, fue reelegido diputado federal con la mayor votación nunca registrada.

Flávio, su hermano, diputado estatal por Río de Janeiro hasta ahora, obtuvo un asiento en el Senado. Carlos, otro hijo del capitán y concejal de Río, no se presentó como candidato, pero es uno de los coordinadores de la campaña de su padre.

Para la modesta familia, dedicada en el pasado a la agricultura y el comercio, se trata de todo un logro: nunca nadie de los Bolzonaro llegó tan lejos.

El único inconveniente, para sus desconocidos parientes italianos, es la posición política del descendiente brasileño: el discurso agresivo y con aire autoritario -todavía una novedad para la mayoría de ellos- provoca desconcierto.

Árbol familiar

El primer Bolzonaro en emigrar a América del Sur, según los registros disponibles en Anguillara, fue exactamente de la rama de la que desciende el capitán reformado del Ejército.

Vittorio, el bisabuelo del brasileño, tenía 10 años cuando dejó Italia, en aquella época inmersa en la pobreza.

Él acompañó a su padre, Angelo, nombre comúnmente usado por varias generaciones de la familia, tanto en Italia como en Brasil. De hecho, uno de los hermanos de Bolsonaro se llama Angelo.

Por lo menos otros 13 integrantes de los Bolzonaro dejaron la región del Véneto en aquellos años para probar suerte al otro lado del Atlántico.

Pero el contacto entre los que quedaron y los que emigraron se perdió con el tiempo.

El capitán también tiene ascendencia italiana por parte materna. La familia de Olinda Bonturi, su madre, procede de la Toscana y también emigró a Brasil a finales del siglo XIX.

Las guerras que agitaron Europa en la primera mitad del siglo pasado causaron bajas en la familia Bolzonaro. Según un diccionario sobre los orígenes de los apellidos del Véneto, el nombre deriva de "bolzon", que significa dardo, flecha.

En el archivo de Anguillara consta que Luigi Bolzonaro, un pariente de otra parte de la familia, murió en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial en un hospital militar de Senigália, ciudad en la costa italiana al sur del Véneto.

Formó parte del Ejército italiano, aliado del nazismo.

"Probablemente murió tras ser herido en el campo de batalla, no tenemos cómo saberlo", explica el alcalde Luigi Polo.

Décadas antes, durante la Primera Guerra Mundial (1914-18), la víctima había sido Diego Bolzonaro. Ese conflicto dejó muchos más muertos en la región del Véneto que la segunda gran guerra.

Sorpresa en Italia

Los Bolzonaro están dispersos, en su mayoría, entre Rovigo, ciudad de 60.000 habitantes, Anguillara y San Martino di Venezze, a una distancia de 15 kilómetros de la primera.

Con un ambiente predominantemente rural -todavía se pueden ver burros en sus pastos, animal que se ha vuelto raro en Europa en los últimos años-, los dos municipios tienen casi la misma población (unos 4.000 habitantes) y un problema común: la crisis demográfica que lleva a muchos de sus jóvenes a emigrar para encontrar trabajo.

El destino no es otro continente: ahora los lugares más buscados son las ciudades más prósperas de la región, como Bolonia, Pádova, Verona y Ferrara.

En Anguillara, en concreto, los efectos de la crisis son visibles en las modestas viviendas y decadentes en comparación con los nuevos inmuebles de su municipio hermano, al otro lado del río.

En la avenida Canareggio, donde en el siglo XIX vivía la mayor parte de los Bolzonaro, quedaron algunos de ellos: la ciudad tiene poco más de 50 personas con el apellido de la familia, frente a los 26 que viven en San Martino di Venezze.

Emilio Bolzonaro, un jubilado de 74 años que vive en la calle en la que residían sus antepasados, se enteró la semana pasada de que era pariente lejano del presidenciable, cuando le llamó el alcalde Polo.

Emilio dice que no le importa la política; para él se trata de una "abstracción".

"Si te digo que nunca he visto una declaración de él, ¿te lo crees?"

En la parroquia de la ciudad, otro blanco de las búsquedas, el padre Claudio Michelotto encontró los registros de bautismo del bisabuelo del candidato de ultraderecha.

Estos documentos, si la familia brasileña así lo desea, podrán ser usados para una futura solicitud de doble ciudadanía. Bolsonaro ya dijo que, si pierde la elección, una de las posibilidades que baraja es irse al país de sus antepasados.

Contactado a través de su asesoría para hablar sobre sus parientes italianos, el candidato no respondió.

Inmigración

La gran inmigración italiana de finales del siglo XIX llevó a Brasil, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), a más de 1,2 millones de personas en el período de 1876 a 1920.

Casi un tercio -más de 365.000 personas- provenía del Véneto. Los destinos eran las granjas de café de Sao Paulo o estados como Río Grande del Sur, Santa Catarina, Paraná, Espírito Santo y Minas Gerais.

En los últimos años, aumentaron las solicitudes de brasileños de la doble ciudadanía, según aseguran el alcalde Luigi Polo y su homólogo de San Martino di Venezze, Vinicio Piasentini.

La solicitud implica la revisión de los archivos en busca de datos de los antepasados. Los relativos a los Bolsonaro nunca habían sido revisados antes.

Como afiliados del Partido Democrático, de centro-izquierda y hoy en la oposición, Polo y Piasentini marcaron la diferencia en la gestión de sus respectivos municipios en relación al momento por el que pasa la política italiana: la diferencia clave es su apertura a la acogida de inmigrantes, convertidos en enemigos por el populismo de derechas.

El actual gobernador de la región del Véneto, Luca Zaia, de La Liga (antes llamada Liga Norte), partido de extrema derecha italiano y hoy uno de los más populares del país, contactó esta semana con alcaldes de la región para intentar organizar una fiesta en caso de que gane Jair Bolsonaro el domingo.

Después de todo, se trata de un hijo ilustre del Véneto, aunque muy distante.

Zaia es aliado de Matteo Salvini, otro representante de La Liga y hombre fuerte del gobierno italiano, que ya ha hecho declaraciones públicas en apoyo a Bolsonaro.

Polo y Piasentini, sin embargo, son categóricos: ellos esperan que el descendiente de los Bolzonaro no sea elegido. Su argumento es el extremismo del candidato, aspecto que desagrada también a otros parientes.

En Rovigo, el jubilado Franco Bolzonaro, de 64 años, descubrió la existencia de su pariente lejano el 6 de septiembre, cuando vio en el noticiero que un candidato a la presidencia en Brasil había sido apuñalado.

Después de consultar los archivos, ni él pudo eludir el grado de parentesco entre ellos: cree que su bisabuelo puede ser un primo de su bisabuelo, ya que los dos son de la misma generación.

Al principio, Franco se negó a conversar sobre su primo lejano.

Su temor era, según dijo, ser asociado con las ideas "exageradas" del candidato brasileño.

Asustada también quedó la bióloga Anna Bolzonaro, de 26 años, al enterarse de las declaraciones realizadas por el candidato sobre mujeres, gays y sobre la tortura.

Residente en Rovigo, Anna asegura que recibió un mensaje del presidenciable en Facebook hace meses.

"Él decía que debía ser mi pariente lejano, no le di importancia y olvidé ese asunto, hasta que a principios de este mes leí las noticias y vi que un Bolsonaro podría ser elegido presidente de Brasil. Era la misma persona".

Anna comenta que aún no se ha acostumbrado a la idea de que un Bolzonaro se convierta en presidente de un país como Brasil.

Ella cuenta que aún está confundida: "¿Cómo puede alguien con ese discurso ser elegido?".

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