Las dos nacieron el mismo día, con cinco horas de diferencia, en un hospital público de Logroño, La Rioja, en el norte de España.

Ambas con tan poco peso - apenas 2 kilos y 300 gramos - que los médicos decidieron trasladarlas inmediatamente a la sala de incubadoras del área de maternidad.

Fue allí donde se produjo la aparente negligencia: una bebé fue intercambiada por otra; dos madres recibieron una hija que no era la suya.

Era el año 2002 y durante mucho tiempo nada se supo de aquel incidente.

Hasta que unas pruebas de ADN en 2017 permitieron a una de las niñas - que entonces tenía 15 años - descubrir que no vivía con su familia biológica.

A los 16 años de edad, inició una investigación, presionando a las autoridades sanitarias con ayuda de sus abogados para que evaluaran las circunstancias de su nacimiento.

Esa investigación ha culminado con una demanda de más de 3 millones de euros (US$3,5 millones) por daños morales.

"Un despropósito"

El ministerio solo le ofrece una compensación de 215.000 euros (US$254.000), explicó este miércoles en un programa radial su abogado, José Saéz-Morga, quien considera "un auténtico despropósito" la respuesta de las autoridades sanitarias.

"Es sorprendente que en el expediente se nos haya dicho que no existe relación de causalidad, que no existe daño antijurídico y que mi clienta tiene obligación de soportarlo cuando es una barbaridad", dijo el letrado.

La demandante, que tiene ahora 19 años y prefiere mantenerse en el anonimato, según le dijo a BBC Mundo una trabajadora del despacho de abogados de Saéz-Morga, creció en un contexto familiar complicado.

"Se vio inmersa en una situación de riesgo desde 2003 por las discapacidades e incapacitaciones de sus progenitores formales, quedando a cargo de su supuesta abuela materna", le dijo el abogado al diario local La Rioja.

La "abuela" y tutora legal de la joven interpuso una demanda en 2017 contra el supuesto padre de la menor por negarse a aportar dinero para su alimentación. El hombre negó que fuera su hija y fue entonces cuando una prueba genética reveló que, efectivamente, no lo era.

Poco después, otras pruebas y análisis revelaron que su madre y abuela tampoco eran su familia biológica.

A partir de ahí, una inspección sanitaria con muestras de niñas que nacieron el mismo día y a horas similares reveló lo que había ocurrido.

"Error humano"

El ministerio asegura que se trató de un error humano.

"Fue error humano puntual que hoy no puede repetirse", dijo este martes la ministra de Sanidad del Gobierno de La Rioja, Sara Alba, en declaraciones remitidas a BBC Mundo por la Consejería de Salud regional.

La ministra dijo que el caso se ha investigado, pero "no es posible concluir quién cometió el error, ya que los sistemas no estaban informatizados con tanto detalle hace 20 años".

"Estamos a disposición de las familias para darles todo el apoyo necesario que puedan necesitar, manteniendo la confidencialidad y respeto que requieren este tipo de situaciones", agregó la ministra, quien aseguró que garantizará que la situación no se repita en el futuro.

"Han cambiado muchos los sistemas de identificación en estos años", dijo; ahora son "más seguros y fiables".

Según la Consejería, en la época en la que nació la demandante los bebés eran identificados a través de una huella digital, "que posteriormente se modificó por la huella plantar (de las plantas de los pies)" y "actualmente, se utiliza la muestra de sangre del cordón umbilical".

"Con los procedimientos actuales, sería prácticamente imposible que algo así volviera a ocurrir", añadió la ministra.El centro en el que ocurrió el accidente - el hospital de San Millán - ya no existe; fue demolido en el año 2009.

En cuanto a la otra joven afectada, no ha denunciado ni ha trascendido ninguna reacción hasta ahora por su parte, y permanece en el anominato.

Publicidad