Las protestas en Paraguay contra la gestión de la pandemia por parte del gobierno acabaron este viernes en violentos enfrentamientos.

Las fuerzas de seguridad lanzaron balas de goma y gases lacrimógenos a manifestantes en el centro de Asunción, mientras un grupo de personas derribó barreras policiales, provocó incendios y lanzó piedras a los agentes, informó la prensa local.

Los altercados dejaron una veintena de heridos y convirtieron el histórico centro de la capital en una suerte de campo de batalla, en medio de la creciente indignación de la población por el aumento de casos de coronavirus y la falta de medicamentos y vacunas.

"Es una pena que se hayan excedido los jóvenes y destruyeron lo que era una fiesta cívica", manifestó el ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, al canal de noticias Telefuturo.

"Era gente que estuvo solamente con la intención de destruir y no construir un ambiente cívico", consideró.

La manifestación ciudadana comenzó de forma pacífica en la tarde y a ella se sumó un gran número de jóvenes, con banderas nacionales y pancartas de protesta frente al Congreso.

La protesta se produjo después de las manifestaciones de docentes y personal médico que esta semana salieron en contra del gobierno.

Estos grupos protestaron por la vuelta a las clases en plena escalada de contagios y por la falta de medicamentos en hospitales, respectivamente.

Este viernes, el principal reclamo de los manifestantes se repetía en numerosas pancartas: la dimisión del presidente Mario Abdo Benítez por su gestión de la pandemia.

"¡Fuera Marito!", se podía leer en diversos carteles, en referencia al nombre con el que se conoce popularmente al mandatario.

En la misma mañana del viernes, el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, había anunciado su renuncia después de reunirse con Abdo Benítez.

"Hemos acordado juntos que yo deje el cargo del Ministerio de Salud Pública a los efectos de que realmente se pueda generar esa paz que se necesita para poder enfrentar este desafío", dijo Mazzoleni en declaraciones a la televisión estatal.

Paraguay fue uno de los países de la región con mayor éxito en la contención del coronavirus en el primer semestre de 2020 pese a que Latinoamérica se convirtió en uno de los epicentros mundiales de la pandemia.

No obstante, los contagios se han intensificado en las últimas semanas, lo que ha llevado a un colapso de los centros de salud.

Hasta este 6 de marzo, se habían registrado 3.256 muertes y 164.310 casos, según los datos de la Universidad John Hopkins.

A ello se suma la tardanza en la llegada de vacunas al país: de momento solo se han recibido 4.000 dosis de la rusa Sputnik V.

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