Una semana le bastó a Leopoldo López para convertirse en la cara más visible de la oposición de Venezuela y su personaje más reconocido internacionalmente.

Fueron siete días de febrero de 2014 en los que, por obra y gracia de su radicalización política, se erigió a golpe de tuits y discursos como figura destacada entre el enjambre de grupos que formaban la oposición venezolana, al levantar su voz en las jornadas de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Tres años y cinco meses después de que fue encarcelado en la prisión militar de Ramo Verde, donde fue sentenciado a pasar casi 14 años por su participación en aquellas movilizaciones, a López le fue concedida la prisión domiciliaria.

El líder político siempre ha defendido que promovió una protesta pacífica dentro del marco de la Constitución.

Sin embargo, en septiembre de 2015, la jueza del caso lo declaró culpable de los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio intencional y asociación para delinquir.

Su entrega

La marcha en la que lo detuvieron -el 18 de febrero de 2014, rodeado por miles de sus seguidores y con claveles blancos en las manos- fue la última en la que él participó personalmente.

Sin embargo, las protestas se prolongaron por todo el país durante varios meses de 2015, dejando un saldo de 43 muertos, 600 heridos y más de 3.500 detenidos.

Desde que lo ingresaron a la cárcel, su esposa Lilian Tintori se encargó de contar la historia de Leopoldo López y defender su causa en diferentes foros internacionales.

El nombre de López, sin embargo, ya estaba presente en la política venezolana cuando en 2008, siendo alcalde del municipio Chacao de Caracas, fue inhabilitado políticamente en un polémico proceso promovido por la Contraloría General.

Esa dependencia le impidió aspirar a la alcaldía de Caracas, para el que lucía como el favorito en las encuestas.

A partir de ese momento, a pesar de que López se mantuvo activo políticamente, su ascendente pareció perder fuerza en beneficio de su excompañero de partido y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles, quien a la postre se convirtió en uno de los principales líderes opositores.

Vida pública

El líder del partido Voluntad Popular -que ha sido definido como un "movimiento progresista" de tendencia socialdemócrata- llevaba varios años siendo una espina para el gobierno.

Proviene de una familia pudiente relacionada con los negocios y el sector petrolero, estudió economía en Estados Unidos y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Harvard.

Se volvió prominente cuando a los 27 años fue electo alcalde del municipio Chacao de Caracas, una posición que ocupó desde el año 2000 hasta el 2008.

La periodista de la BBC Irene Caselli explica que, a pesar de la inhabilitación que recibió en 2008 por acusaciones de malversación de fondos públicos, López optó por no retirarse de la vida pública.

"Y desde hace mucho, ha sido visto como un 'problema', no sólo para el gobierno venezolano (que aún lo señala como uno de los responsables del golpe de Estado de 2002) sino también para quienes le observan desde afuera", explica Caselli.

En 2009, en los documentos clasificados filtrados por WikiLeaks, el consejero político de la embajada de Estados Unidos en Caracas, Robin D. Meyer, escribió que López se había convertido en una "figura que causaba divisiones dentro de la oposición venezolana".

"Suele ser descrito como arrogante, vengativo y hambriento de poder, pero sus compañeros de partido aseguran que tiene una popularidad que ha perdurado en el tiempo, carisma y talento organizativo", escribió el diplomático estadounidense.

Símbolo

Pero, con una oposición dividida, su detención hizo que gran parte de los críticos al gobierno de Nicolás Maduro se identificaran con López y su estrategia.

El hecho de entregarse en aquel momento lo convirtió, a juicio de David Smilde, analista de la oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos en Caracas, en una figura "visible y atractiva" y en el líder -simbólico, al menos- de la oposición.

"Si Leopoldo López es atacado por el gobierno, la gente lo defenderá", dijo el líder estudiantil Daniel Álvarez después de la detención del político opositor.

Con mayor o menor intensidad a lo largo de 41 meses desde que López fue encarcelado, los sectores de la oposición venezolana han mantenido su apoyo al líder político.

Su salida de prisión llega en un momento en el que la crisis política se ha agudizado y las protestas en las calles han causado casi 90 muertes, el doble de las que se registraron en 2015 cuando el líder opositor fue sentenciado.

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