La brutal lucha por sacar de Mosul a la organización radical autodenominada Estado Islámico (EI) ha dejado en ruinas la ciudad iraquí de Mosul, donde murieron miles de personas.

La devastación que han dejado los enfrentamientos entre las fuerzas iraquíes, respaldadas por ataques aéreos estadounidenses, y los combatientes del grupo extremista es evidente.

Pese a que después de nueve meses la batalla por Mosul ha terminado, sus habitantes están enfrentando una crisis de escala catastrófica.

Las estimaciones sobre el número de muertos varían ampliamente. Se habla de miles y de decenas de miles.

Más de un millón de personas, el equivalente a la población de Dublín, ha tenido que abandonar sus hogares desde que la ofensiva comenzó en octubre de 2016.

La Ciudad Antigua ha quedado gravemente dañada

Gran parte de la segunda ciudad de Irak, que estuvo controlada por EI desde junio de 2014, ha quedado reducida a escombros.

La misión militar es considerada como la batalla urbana más grande desde la Segunda Guerra Mundial.

Todas las zonas de la ciudad han experimentado algún tipo de daño, de acuerdo con la más reciente evaluación de Naciones Unidas.

La parte occidental, recuperada en julio, ha sufrido más que el este, que fue recuperada del control de EI seis meses antes.

Más de la mitad de los 54 distritos residenciales del oeste de Mosul han quedado significativamente afectados.

De acuerdo con Naciones Unidas, 15 de ellos están "gravemente dañados", lo que significa que la mayoría de los edificios no son habitables.

Análisis satelital de Naciones Unidas indica que 10.000 edificios han quedado gravemente dañados o completamente destruidos.

Tomando en cuenta que el daño ha afectado edificios o casas de pisos múltiples, que no se pueden ver vía satélites, la ONU estima que el número de edificaciones afectadas es tres veces superior: alrededor de 32.000.

Lise Grande, coordinadora de la ayuda humanitaria de la ONU en Irak, señaló que la reconstrucción de la ciudad y el regreso de los civiles a sus hogares será un gran desafío, cuyo costo puede ascender a unos US$1.000 millones.


Daños a infraestructuras, de octubre de 2016 a julio de 2017

Cifras basadas en el análisis satelital de las Naciones Unidas

1. Antes de la ofensiva

135 edificios dañados (50% públicos, 21% viviendas)

Antes de la ofensiva, muchas edificaciones públicas estaban dañadas: el campamento militar Al Ghazlani, el aeropuerto de Mosul y la universidad de la ciudad.

2. Los primeros cinco meses de la ofensiva

1.240 edificios dañados (47% viviendas).

Blancos estratégicos como avenidas y fábricas fueron sacudidas en la primera fase de la batalla. Los cinco puentes que cruzaban el río Tigris fueron afectados.

3. Después de ocho meses

4.356 edificios dañados (70% viviendas).

4. Después de casi nueve meses

9,519 edificios dañados (85% viviendas).


El análisis satelital inicial de la ONU señala que las viviendas han sido la infraestructura más afectada.

Al menos 8.500 edificios residenciales están gravemente dañados o completamente destruidos, la mayoría de ellos en la Ciudad Antigua.

Cerca de 130km de avenidas han quedado dañadas, 100 km de ellas en el oeste.

Los ataques aéreos de la coalición internacional destruyeron todos los puentes que unían el este con el oeste de ciudad a través del río Tigris.

El objetivo era limitar la habilidad de los extremistas de reabastecerse y reforzar sus posiciones en el este.

El aeropuerto de la ciudad, la estación de trenes y las instalaciones hospitalarias también están en ruinas.

Tipos de edificios destruidos

Cifras basadas en el análisis satelital de las Naciones Unidas

Daño de edificaciones, Mosul, Julio de 2017

Análisis satelital muestra miles de edificios y más de 100 km de avenidas dañadas gravemente o destruidas

Entre los edificios icónicos de la ciudad que quedaron destruidos estaba la Gran Mezquita de Al-Nuri, donde en julio de 2014, el líder de EI, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró el "califato".

De acuerdo con fuerzas iraquíes, en junio de 2017, EI atacó la mezquita con explosivos. Sin embargo, los extremistas dijeron que el recinto religioso había sido destruido por un ataque aéreo estadounidense, pero no hay evidencia de ello.

Gran Mezquita de Al-Nuri, julio de 2014

Gran Mezquita de Al-Nuri, julio de 2017

El minarete Al-Hadba, del siglo XII, era uno de los íconos de la Ciudad Antigua. Había resistido más de ocho siglos de invasiones y conquistas.

Sucumbió el 22 de junio de 2017.

Minarete, 20 de junio de 2017

Minarete Al-Hadba, 22 de junio de 2017

Éxodo de civiles

Se desconoce con exactitud cuántas personas han muerto.

La más reciente estimación de la ONU, dada a conocer en enero, apuntaba a 2.463. Sin embargo, Amnistía Internacional ha señalado que 5.805 han perecido víctimas de los ataques aéreos.

Un millón de civiles tuvieron que abandonar sus casas (alrededor de la mitad de población que había antes de que se desatara la guerra) desde el inicio de la ofensiva en Mosul, de acuerdo con estimaciones de la ONU.

Más de 444.000 personas viven en campamentos para refugiados

El éxodo más numeroso se dio durante los meses de la ofensiva.

En los ocho meses que transcurrieron desde mediados de octubre de 2016 a mediados de junio, 7.000 familias huyeron de sus casas en Mosul, de acuerdo con la ONU.

En el mes siguiente, esa cifra aumentó a más de 125.000 familias, el equivalente a la población de San Francisco.

Cuándo y a dónde huyó la población

Cuando la ofensiva para recapturar Mosul empezó en octubre, EI todavía controlaba grandes franjas del norte de Irak. Por eso, quienes lograron escapar en el inicio de la batalla se desplazaron hacia el sur.

Cuando el ejército iraquí cercó la Ciudad Antigua, se volvió más seguro para las familias reubicarse en ciudades y pueblos cercanos, como Irbil, así como también en los suburbios sureños de Mosul.

La escala del daño causado se pudo ver con más claridad en julio cuando la ciudad fue recapturada. 126.000 familias habían sido desplazadas en nueve meses de conflicto.

Ahora que la ciudad ha sido reconquistada los funcionarios iraquíes y sus aliados están enfocando su atención en la metrópolis bulliciosa y vibrante que llegó a ser.

El objetivo es volverla a hacerla funcionar, pero el desafío es inmenso, especialmente en el oeste.

Para Ibrahim Mustafa, la ayuda de las localidades vecinas es parte de la clave para salir adelante:

"Aquí en Mosul, no queda nada, todo se ha ido: nuestros empleos, nuestras casas, nuestros medios de subsistencia, pero todavía tenemos nuestras almas. Los vecinos nos ayudan. Reconstruir nuestra ciudad es una forma de hacerlo", dijo.


*Este reportaje es una adaptación del hecho por Lucy Rodgers, Nassos Stylianou y Daniel Dunford: "Is anything left of Mosul?" ("¿Ha quedado algo en Mosul?"), que pueden ver haciendo clic aquí

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