"Fue un privilegio tenerla como hija y como amiga. El cielo tiene ahora la estrella más brillante. La amaremos por siempre".

Así reaccionó la familia de Rebecca Henderson al fallecimiento de quien era una de las dos únicas mujeres en Reino Unido en utilizar un corazón artificial transportado en una mochila.

Henderson no pudo superar una operación para recibir el órgano de un donante y murió de complicaciones del trasplante.

Sus familiares dijeron que falleció la semana pasada en el hospital Harefield, Reino Unido, "rodeada de familiares y amigos".

En 2017, los médicos le habían extraído el corazón a Becca, estudiante de posgrado de la Universidad de Oxford, debido a un cáncer.

El cirujano Stephen Westaby explicó que sólo "un reducido número de personas" sufre cáncer en el corazón y que Henderson había sido una joven valiente.

En octubre, volvió a estudiar en Oxford, mientras cargaba en una mochila con un corazón artificial de 7 kilos.

Este dispositivo le permitía llevar una vida casi normal a la espera de un donante de corazón.

¿Cómo funciona?

La bomba del dispositivo se encarga de bombear la sangre en unos tubos conectados al cuerpo en la zona del abdomen.

Esa conexión llega hasta el corazón de plástico implantado en el interior de la caja torácica.

"En ningún momento se me ocurrió rendirme. No importa lo difícil que sea para mí, incluso si es difícil para mí, será más fácil para la siguiente persona", le dijo en su momento Henderson a la BBC.

"Extraordinario coraje"

St Anne's College, donde estudiaba, le rindió homenaje a la "determinación inquebrantable"y al "entusiasmo contagioso por la vida universitaria" de su estudiante.

"Becca era una persona de extraordinario coraje, humor y logros intelectuales. Tenía la admiración y el afecto de todos los que le enseñaron y aprendieron con ella, estudiantes y tutores por igual", la describieron sus tutores.

Janina Ramerez, académica de Oxford y amiga de Henderson, dijo que en Instagram era "la persona más fuerte y valiente que he conocido".

Selwa Hussain es la otra mujer británica con un corazón artificial fuera de su cuerpo que no está en un hospital.

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