El caso de una niña que con dos años fue violada y unos meses después tuvo que testificar en el juicio contra su supuesto abusador ha causado conmoción en Myanmar.

Primero, por la edad de la víctima, y segundo, por las inconsistencias que rodean el caso.

El hombre acusado de la violación no fue reconocido por la pequeña, quien, con ayuda de especialistas y a través de videoconferencia, identificó a dos individuos que no están siendo juzgados.

En Myanmar ha habido manifestaciones pidiendo justicia para "Victoria" -nombre ficticio que se le ha dado a la niña para proteger su identidad- y mostrando indignación por cómo se está manejando el caso.

La versión de la policía

En la mañana del 16 de mayo, la niña -que en la actualidad tiene 3 años- acudió a la guardería Wisdom Hill en la capital de Myanmar, Nay Pyi Taw.

De acuerdo a la familia y a la policía local, la menor fue violada antes de regresar por la tarde a casa.

La madre fue la primera en darse cuenta de los signos de abuso y llevó a la niña al hospital, donde el examen médico reveló que había sido violada.

Los agentes de policía asignados al caso dijeron que, al comienzo, fueron incapaces de hablar con la niña a causa de la medicación que había recibido. Pero el padre confirmó que luego sí la interrogaron.

Fue entonces cuando la niña, viendo la grabación de una cámara de seguridad situada en el exterior de la guardería, señaló a un hombre y lo identificó como el que le "pellizcó sus genitales".

Sin embargo, la calidad del video no era buena y el sospechoso aparecía de espaldas y con gorra.

Pero para la policía esa información fue suficiente e inmediatamente arrestaron a un sospechoso.

El hombre en cuestión fue detenido el 30 de mayo, pero fue liberado días más tarde por falta de pruebas. Se le conoce como Aung Gyi y es el chófer de la escuela.

El 3 de julio, Aung Gyi, de 29 años, fue arrestado nuevamente a pesar de la inconsistencia de las pruebas. en su contra.

Chivo expiatorio

El video mostraba que la mayor parte del tiempo que Aung Gyi pasó en la guardería el día de la violación, lo ocupó sentado en el área de recepción.

El principal giro en el caso sucedió hace unas semanas, cuando el padre mostró a la niña una serie de fotografías entre las que estaba la del sospechoso.

Entonces, la pequeña afirmó no conocerle, pero sí identificó a dos hermanos como sus atacantes. El padre filmó el momento en que la niña reconoció a los individuos y presentó la grabación como evidencia en el juicio.

En la sesión de la corte de este miércoles, en la que Victoria participó a través de videoconferencia, la pequeña repitió sus gestos: señaló a los dos hermanos y negó conocer a Aung Gyi.

La rapidez con la que se inculpó al acusado ha generado que gran parte del público opine que la policía utilizó a Aung Gyi como chivo expiatorio.

"Es imposible que Aung Gyi lo haya hecho"

La administradora de la guardería ha negado que se haya producido ningún asalto sexual en las instalaciones de la escuela y otros maestros también la apoyan.

Hnin Nu, una de las maestras del centro, ha sido interrogada hasta 9 veces por los detectives y siempre ha mostrado su convencimiento de que Aung Gyi no pudo cometer el crimen.

"Es imposible que él lo haya hecho. Nosotros estuvimos con todos los estudiantes todo el tiempo", contó Hnin Nu a la BBC.

Otra profesora, Nila Aye, afirmó que ese día jamás perdió de vista a Victoria.

Pesadilla para la familia

El padre de Victoria aseguró que no ha recibido ninguna disculpa o asesoramiento por parte del colegio y, aunque le cuesta criticar a la policía directamente, señaló a la BBC que otras grabaciones de seguridad se han perdido y que algo "no funciona" en el caso.

También comentó que los últimos meses han sido una pesadilla para su familia y que quiere que el caso termine cuanto antes.

"Quiero conocer la verdad. Nunca me voy a rendir y no me importa cuánto demore. Este es un crimen en contra de una niña joven e inocente. Mi hija sigue viva, puede hablar. Espero que sus palabras se tomen en serio".

Justicia para Victoria

Vistiendo de blanco y con carteles de "queremos justicia", cerca de 6.000 personas marcharon el 6 de julio frente a la sede Departamento Central de Investigación de la policía en la capital de Myanmar.

La campaña de apoyo a Victoria comenzó en las redes sociales, cuando algunos usuarios de Facebook se enteraron del caso y demandaron justicia.

Dos semanas después, un funcionario del Ministerio de Salud y Deportes comenzó la campaña "Justicia para Victoria" y habló de las inconsistencias del caso.

Aunque fue arrestado y ahora afronta cargos por difamación, sus palabras tuvieron repercusión y recibió el apoyo de famosos y de miles de usuarios de Facebook, que pusieron el emblema de la campaña en su foto de perfil.

Un problema mayor

Los manifestantes no solo piden justicia para Victoria.

Los abusos contra menores han aumentado de forma alarmante en Myanmar. Datos del gobierno indican que el número de violaciones reportadas se ha incrementado un 50% en los últimos dos años.

Y, en casi dos tercios de los casos, la víctima ha sido un niño.

Algunas organizaciones caritativas cuestionan si el aumento no se debe a que se habla más sobre ello, pero muchos activistas sienten que el caso de Victoria pone de relieve una tendencia preocupante en un país donde la violencia doméstica se ve como un asunto privado.

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