Bolivia es, por amplio margen, el país de toda Latinoamérica donde más embarazos adolescentes se producen.

No se trata solamente de un problema de falta de información y educación sexual para adolescentes, o de poco acceso a métodos anticonceptivos.

Estadísticas señalan que las menores cada vez están más expuestas a ser víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual, violencia de género, violaciones, secuestros y otros delitos que agudizan el problema del embarazo adolescente en Bolivia y el resto de la región.

El más reciente informe sobre el "Estado de la población mundial", del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), señala que la tasa de natalidad en mujeres entre 15 y 19 años en Bolivia es de 116 por cada 1.000 en ese país.

Mientras que el promedio regional de partos en adolescentes es de 77 por cada 1.000.

El reporte, presentado a fines del año pasado, indica que detrás de Bolivia se encuentran Honduras, donde 101 adolescentes dan a luz por cada 1.000, y Venezuela, con 95 casos en cada millar de mujeres.

Bolivia se ubica, además, sólo detrás de Haití como el país con mayor mortalidad materna y en este parámetro también duplica el promedio latinoamericano.

La tasa de mortalidad materna en ese país es de 206 por cada 100.000 nacidos vivos, mientras que en América Latina el promedio es de 92 en cada 100.000.

Tasa de natalidad y mortalidad materna en Latinoamérica

País

Tasa de natalidad en la adolescencia, por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años (2006-2015)

Tasa de mortalidad materna por cada 100.000 nacidos vivos (2015)

Bolivia

116

206

Honduras

101

129

Venezuela

95

95

Nicaragua

92

150

Guatemala

91

88

Panamá

91

94

República Dominicana

90

92

Colombia

84

64

México

83

38

El Salvador

72

54

Argentina

68

52

Haití

66

359

Brasil

65

44

Perú

65

68

Uruguay

64

15

Paraguay

63

132

Costa Rica

61

25

Cuba

53

39

Chile

52

22

Ecuador

Sin datos

64

Promedio de Latinoamérica

77

92

Fuente: "Estado de la población mundial 2016", UNFPA.

   

¿Las causas en Bolivia?

Expertos consultados por BBC Mundo señalaron que el fenómeno del embarazo adolescente es un problema cada vez más grande en varios países de América Latina.

Alberto Castro, oficial de Salud Sexual y Reproductiva de UNFPA en Bolivia, le explicó a BBC Mundo que la legislación de ese país es avanzada en cuanto a sexualidad, pero que hay aspectos que deben mejorarse.

"La Constitución boliviana incluye importantes avances, pero ahora luchamos porque el Estado amplíe el acceso de adolescentes a la educación sexual, la prevención y la salud", explicó el funcionario.

El representante de UNFPA añadió que, entre los motivos del crecimiento del embarazo adolescente en Bolivia, está la ausencia de educación integral sobre sexualidad.

"Lo que falta no son anticonceptivos, sino una demanda informada de ellos. Los adolescentes tienen una vida sexual sin información, educación, ni salud apropiadas", añadió.

Ante tal situación, el gobierno boliviano anunció que programas en todos los municipios del país para brindar información a los jóvenes sobre cómo prevenir embarazos no deseados.

Bajo el lema de "Vivir mi sexualidad responsablemente", el Ministerio de Salud boliviano realiza ferias educativas.

En una declaración a medios bolivianos, la ministra de Salud, Ariana Campero, destacó que gracias a los programas que se implementan, los casos de embarazos precoces se han reducido en los últimos años.

Según cifras del gobierno boliviano reportadas en 2016, la tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años es de 88 nacimientos por cada 1.000.

¿Quiénes son las víctimas?

Además de las cifras del reporte de UNFPA, encuestas y estudios hechos en Bolivia señalan que el porcentaje de mujeres entre 10 y 19 años que ya son madres o se encuentran embarazadas oscila entre el 18% y el 23%.

Alberto Castro explicó que, de acuerdo con los datos disponibles, los casos se multiplican en familias de condiciones socioeconómicas precarias y niveles de estudio bajos.

Además, el embarazo adolescente en Bolivia es un fenómeno más fuerte en las áreas rurales que en las ciudades.

Por su parte, Miriam Suárez, directora de Casa de La Mujer, una organización independiente con sede en la ciudad boliviana de Santa Cruz, explicó que el embarazo adolescente es un reflejo de la desigualdad y la discriminación.

"¿Dónde se encuentra la mayor cantidad de embarazos de menores? ¿En los colegios privados con familias estables o en las áreas con menores recursos de donde las niñas huyen para escapar de la pobreza y la violencia?", comentó Suárez.

La representante de Casa de la Mujer acotó que, en muchos casos, las adolescentes ven "como una tabla de salvación" a personas que terminan abusando de ellas y dejándolas embarazadas.

"Los embarazos no deseados de menores están relacionados a la pobreza, a la falta de salud y educación. Muchas veces se trata de abusos del entorno más cercano como los parientes, profesores o los 'amigos' de los padres", afirmó Suárez.

El flagelo de la trata

A todo lo anterior hay que añadirle otros delitos relacionados con la trata de personas, la prostitución infantil, la violencia sexual y la violencia sexual comercial.

Para Castro, de UNFPA, en el caso de la trata de personas en Bolivia "fue todo un cambio social, pues hasta hace pocos años lo que sucedía no era ni una muestra de lo que ocurre ahora".

Según la Fiscalía General de Bolivia, los casos de trata anuales se han duplicado en los últimos cinco años.

Entre 2012 y fines de 2015 se registraron 2.119.

Además, 7 de cada 10 mujeres reconocen haber sufrido alguna forma de abuso o acoso sexual.

"Las menores son el objetivo más codiciado por los tratantes. Es un fenómeno nuevo que ha crecido de manera sorprendente en toda la región", afirma Suárez.

La directora de Casa de la Mujer añade que las menores logran salir de las redes de la trata con múltiples abortos y en muchos casos con más de un hijo.

"Lamentablemente, para una niña o adolescente acceder a la justicia en estos casos es muy difícil. No sólo porque el sistema judicial es poco efectivo, sino porque los tratantes amedrentan a las menores", explicó.

Suárez señaló que las jóvenes que logran escapar o son rescatadas "hablan una vez y después se encierran. Ya no dicen nada".

"Se van con sus familias o abandonan la ciudad por los amedrentamientos".

La activista reconoce que así es muy difícil, pero al igual que UNFPA o el gobierno boliviano, insiste en que los esfuerzos para contener este problema deben surgir de todos los sectores de la sociedad.

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