El rey Felipe VI se dirigió a los españoles la noche del martes para abordar la crisis de Cataluña, con un discurso extraordinario que refleja la situación excepcional que se vive en España.

En la historia encontramos pocos precedentes de este tipo de mensajes, y ninguno en el actual reinado.

"Que el rey haya salido a hablar significa que vivimos un momento muy grave y que el jefe del Estado decidió que era oportuno intervenir", le explicó a BBC Mundo José Álvarez Junco, catedrático emérito de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad Complutense de Madrid.

En su mensaje, que duró seis minutos y fue emitido en todos los canales locales, el monarca calificó de ilegal y contrario a la democracia el referéndum de independencia y cuestionó duramente a las autoridades autonómicas catalanas impulsoras del mismo.

Unos 2,3 millones de personas (cerca del 40% de la población con derecho al voto) participaron el domingo pasado en el referéndum catalán, según afirmaron sus organizadores, quienes aseguraron que 90% de los votantes respaldaron la propuesta de independizarse de España.

"Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática", aseguró Felipe VI.

El mensaje institucional del rey, que apareció con gesto serio hablando desde su despacho en el Palacio de la Zarzuela, se produjo a dos días del referéndum y en el mismo día que se realizó una huelga general y una fuerte movilización en Barcelona en protesta contra la actuación policial el 1 de octubre, que dejó más de 800 heridos.

"Durante años las autoridades de Madrid han creído que lo que estaba pasando entre la opinión pública en Cataluña no era demasiado trascendente", le dijo a BBC Mundo Joan Botella Corral, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Autónoma de Barcelona. "El hecho de que saliera a hablar el rey significa que "ya se percibe la gravedad" de la situación.

"Los acontecimientos de los últimos días sirvieron para que el problema se considere de gran magnitud", agregó Botella.

Desde que inició su reinado, en junio de 2014, esta fue la primera vez que Felipe VI se dirige a la nación en un discurso televisado, sin contar el tradicional mensaje navideño que se emite todas las noches del 24 de diciembre, y en el que el monarca hace un balance del año y habla de los retos futuros para el país.

De hecho, el discurso fue tan excepcional que en el reinado de su padre, el rey Juan Carlos I, que duró entre 1975 y 2014, solo encontramos cuatro ejemplos.

El primero fue en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, apenas unos años después de que España había recuperado la democracia.

No volvió a usar esta fórmula hasta 2004 cuando volvió a dirigirse a los españoles en un discurso televisivo tras los atentados del 11 de marzo en Madrid.

En 2014, lo haría en dos ocasiones: la primera, en marzo, tras la muerte de Adolfo Suárez, quien fue el primer presidente del gobierno de la era democrática, y unos meses más tarde, en junio, para abdicar.

Crítica a los impulsores del referéndum y mensaje a los catalanes no independentistas

El discurso del monarca se produjo minutos después de que el presidente de la Generalitat (gobierno regional) de Cataluña, Carles Puigdemont, le dijera a la BBC que declararán la independencia de España "en cuestión de días".

Puigdemont aseguró que su gobierno "actuará a finales de esta semana o comienzos de la próxima".

Durante su alocución, que fue grabada previamente a su difusión por los equipos de la estatal Televisión Española en el Palacio de la Zarzuela en Madrid, Felipe VI fue muy crítico con las autoridades catalanas que impulsaron el referéndum.

"Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno", señaló el rey.

También dirigió unas palabras a los ciudadanos de Cataluña para asegurarles que viven en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley.

"Hay que interpretarlo principalmente como un mensaje de firmeza y de defensa de la unidad de España, y también como un mensaje de apoyo a la población catalana que no es independentista y que se siente desasistida", dijo Álvarez Junco.

"Dejó claro que no se estaba enfrentando a todos los catalanes sino a las autoridades catalanas que están violando la Constitución", agregó el catedrático de la Complutense de Madrid.

Sin embargo, Botella Corral, de la Autónoma de Barcelona, fue más crítico con el tono usado por el rey, "extremadamente duro" y completamente ausente de "una palabra, un guiño en catalán, un ´bona nit´ (buenas noches)".

"No iba a cambiar nada, pero sería una señal de interés".

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