Mientras gran parte del foco mediático en Asia estaba en las protestas en Hong Kong, en otro lugar de la región también se encendía un conflicto.

En Papúa, en Indonesia, se registran desde hace días las mayores manifestaciones independentistas en años.

Durante las protestas, que en varios momentos se tornaron violentas, se incendiaron edificios del gobierno indonesio y varias casas también quedaron destruidas.

Y este jueves, en la capital, Yakarta, más de 100 estudiantes papúes marcharon hacia el palacio presidencial lanzando consignas pro independentistas y exigiendo el "fin del racismo y colonialismo en Papúa Occidental".

El gobierno de Yakarta desplegó miles de tropas en esa región oriental para reforzar a la policía, que utilizó gas lacrimógeno para dispersar las protestas, y cortó el acceso a internet.

Detrás del actual brote de violencia están varios casos de maltrato a estudiantes papúes. Sin embargo, el trasfondo de las protestas es un resentimiento subyacente y un movimiento separatista latente que llevan cociéndose a fuego lento durante décadas.

¿Dónde está Papúa?

La región de Papúa la conforman dos provincias, Papúa y Papúa Occidental, que comparten la isla de Nueva Guinea con la nación independiente de Papúa Nueva Guinea.

Papúa era territorio de Holanda (que la había colonizado en el siglo XVII) y fue transferida a Indonesia en 1962, mediante un acuerdo gestionado por la ONU bajo la condición de que dentro de siete años se sostendría un voto de "autodeterminación" de los papúes.

En agosto de 1969, los polémicos resultados de ese voto otorgaron el control de la región a Indonesia, que ahora las administra como dos provincias, Papúa y Papúa Occidental, y las considera parte integral de su territorio.

Papúa es rica en recursos naturales como oro y cobre -tiene las minas más grandes del mundo de estos metales- además de madera. Le representan al gobierno de Yakarta miles de millones de dólares.

Sin embargo, la región se ha mantenido en un subdesarrollo crónico. Siguen siendo las provincias más pobres de Indonesia. En febrero, una crisis de desnutrición y sarampión se cobró la vida de al menos 72 personas, la mayoría niños.

En Papúa hay un sentimiento generalizado de rechazo al gobierno central indonesio y un movimiento separatista se ha estado gestando durante décadas, lo que resultó en frecuentes manifestaciones que siempre han sido rápidamente sofocadas por las autoridades centrales.

¿Por qué quieren los papúes la independencia?

El pueblo autóctono de Papúa y Papúa Occidental es melanesio, étnicamente más relacionado a la población de Papúa Nueva Guinea y las islas al este -como Vanuatu y las Salomón- que a Indonesia.

La división étnica en ocasiones derivó en agresiones raciales contra los papúes, que se sienten como ciudadanos de segunda clase.

El exiliado líder de Papúa Occidental, Benny Wenda, le dijo a la BBC que la discriminación ha sido parte de sus vidas durante los últimos 60 años.

"Los indonesios ven nuestra piel negra como menos, no nos ven como seres humanos".

Muchos papúes consideran ilegítimo el referendo de 1969 -conocido como el Acta de Libre Elección, que le dio el control a Indonesia sobre el territorio- a pesar de que fue monitoreado por la ONU.

Denuncian que en esa consulta solo se permitió votar a un poco más de 1.000 personas, escogidas a dedo y obligadas a punta de pistola a optar por anexarse a Indonesia.

En 2017, activistas circularon una petición clandestina, supuestamente apoyada por el 70% de la población, solicitando un voto de independencia. La petición fue enviada al comité de Descolonización de la ONU, pero este la rechazó.

Sendos grupos independentistas de Papúa se identifican con labandera independentista Estrella del Amanecer, que está prohibida: izarla puede acarrear una pena de cárcel.

¿Qué desató los actuales disturbios?

Las actuales protestas son en respuesta a incidentes ocurridos en dos ciudades indonesias, Malang y Surabaya, en la isla de Java, donde estudiantes universitarios papúes fueron atacados e insultados.

El 15 de agosto, en Malang, unos estudiantes papúes decidieron realizar una manifestación para rechazar los términos bajo los cuales Papúa fue cedida a Indonesia en los años 60.

Los estudiantes fueron atacados por un grupo de residentes, al tiempo que el vicealcalde de Malang hizo declaraciones "discriminatorias" al señalar que estudiaba la opción de regresarlos a su región, según denuncia Amnistía Internacional.

En Surabaya -la segunda ciudad más poblada de Indonesia- un grupo religioso atacó la residencia de estudiantes papúes por supuestamente faltarle al respeto a la bandera de Indonesia durante las celebraciones de Día de la Independencia de ese país.

Amnistía Internacional dice que se escucharon insultos contra los estudiantes como "monos, perros, animales y cerdos". La policía, en lugar de dispersar al grupo que los atacaba, rodeó la residencia y arrestó a 43 estudiantes para interrogarlos, y luego los liberó.

Pero ambos incidentes dispararon las protestas más violentas en años en las ciudades de Manokwari y Sorong, en Papúa Occidental.

En la primera, incendiaron la sede del consejo legislativo local y destruyeron instalaciones públicas y algunas residencias. En Sorong, perturbaron el funcionamiento del aeropuerto y quemaron una cárcel.

Las protestas contra el racismo parecen ahora estar vinculadasa la lucha por la independencia y los manifestantes, a la vez que gritan "No somos monos" y "Abajo el racismo", también están ondeando la proscrita Estrella del Amanecer y exigiendo "Libertad para Papúa".

"Cuando hablamos sobre la lucha contra el racismo, también tenemos que abordar la lucha para decidir nuestro propio destino", expresó Albert, uno de los líderes de la manifestación en Yakarta.

¿Cómo ha respondido el gobierno de Indonesia?

El gobierno ha enviado miles de tropas adicionales a la región, de por sí la zona más militarizada del país. También cortó el acceso a internet para "restaurar la seguridad", según las autoridades.

El presidente indonesio, Joko Widodo, ha instado al pueblo a perdonarse mutuamente después de los disturbios, añadiendo que el gobierno se encargará de mantener "el honor y el bienestar" de todos en Papúa.

"Mis hermanos y hermanas en Papúa y Papúa Occidental, sé que se sienten ofendidos", expresó en un comunicado. "De manera que perdonarnos mutuamente es lo mejor como compatriotas. Podrán enfadarse, pero perdonar es mejor".

Ha habido otros intentos para apaciguar las tensiones en años pasados.

En 2001, a Papúa se le otorgó mayor autonomía y ha habido un incremento en fondos gubernamentales para la región, con Yakarta prometiendo llevar prosperidad al pueblo papú.

El presidente Widodo también ha visitado Papúa en más de seis ocasiones desde que fue elegido en 2014 para intentar demostrar el compromiso de Yakarta con el desarrollo de las provincias.

Por su parte, el principal ministro de Seguridad de Indonesia, Wiranto (solo usa un nombre), voló a la región acompañado de los jefes del ejército y la policía, donde apeló a la calma y llamó a Papúa el "hijo dorado" de la nación.

Pero su mensaje fue claro: "La unidad de Indonesia no es negociable", le dijo a los periodistas.

No obstante, los líderes independentistas exigen una solución política. "Indonesia siempre nos ha visto como animales", expresó Benny Wenda. "Nunca nos verá como iguales".

"La única solución para acabar con este abuso y sufrimiento es un referendo de independencia".


 

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