"¡Rusia será libre, esta es nuestra ciudad!".

Estas eran algunas de las proclamas que miles de personas gritaron este sábado en Moscú para exigir que candidatos de la oposición puedan participar en las próximas elecciones locales en la capital rusa.

La manifestación, que no había sido autorizada, terminó con la detención de más de 1.000 ciudadanos tras lo que ya ha sido calificado como una de las mayores medidas de represión por parte de las autoridades rusas en los últimos años.

La protesta fue prohibida bajo el argumento de que había amenazas de violencia contra la Comisión Electoral, el organismo que decidió dejar fuera de la carrera electoral a decenas de aspirantes independientes.

El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, calificó la manifestación de "amenaza a la seguridad" y prometió mantener el orden público.

¿Qué sucedió este sábado?

El pasado 20 de julio, más de 20.000 rusos salieron a las calles para exigir unas elecciones justas. Decenas de personas fueron entonces arrestadas.

No está claro cuántas personas participaron en la manifestación de este sábado. Según la policía, se reunieron unas 3.500 personas, incluidos unos 700 periodistas.

Lo cierto es que el centro de la capital estaba sitiado por cientos de policías y agentes antidisturbios que trataron de evitar el acceso a la municipalidad de Moscú.

Los agentes hicieron retroceder a la multitud de las vallas que rodeaban la casa consistorial. Muchos de los detenidos fueron arrastrados por el suelo para ser trasladados a la comisaría.

Se pudo ver a varios manifestantes sangrando, mientras que se informó que al menos dos miembros de las fuerzas de seguridad habrían sufrido lesiones en los ojos por espráis de pimienta.

Ya antes de la protesta, algunos de los principales aspirantes independientes a las elecciones fueron detenidos en sus casas u oficinas a fin de que no pudieran participar en la marcha.


¿Un poderoso mensaje a otras regiones?

Por Oleg Boldyrev, BBC News, Moscú

Nadie creía que esta gran manifestación iba a impresionar a las autoridades como para que permitieran que las personas pudieran expresarse en paz.

Finalmente, la protesta se desarrolló de manera muy parecida a otras: con detenciones arbitrarias, enfrentamientos y multitudes que huyeron por las calles cercanas.

La pregunta es si el enfado por no poder votar a un candidato -incluso tratándose de unas elecciones municipales de bajo perfil- impulsará a los moscovitas a llevar a cabo mayores acciones de disidencia.

Después de todo, hay muchos ciudadanos que no están contentos con la forma en que el gobierno municipal de Moscú y el alcalde Sobyanin manejan la ciudad o responden a las preocupaciones del pueblo.

Ciertamente, los aspirantes a candidatos en los próximos comicios -la mayoría de ellos veteranos activistas contrarios a Putin- esperan que ese resentimiento perdure. Esa es exactamente la razón por la cual los responsables de políticas en el Kremlin intentan desesperadamente ponerle un límite.

Con la caída de las valoraciones por parte de la sociedad hacia Putin y el partido Rusia Unida, las protestas en la capital puede enviar un mensaje muy poderoso a otras regiones que se preparan para celebrar sus elecciones.


¿Cómo se llegó a esta situación?

Generalmente, las elecciones locales atraen poca atención en Rusia.

Pero este año, parte de la población mostró su malestar por lo que consideran intentos descarados de descalificar a los políticos independientes para que no concurran a los comicios del próximo mes de septiembre.

Los candidatos debían recoger 5.000 firmas de apoyo para poder presentarse. No es una tarea fácil, ya que una firma "significa ofrecer información personal de forma voluntaria para la base de datos de partidarios de la oposición del gobierno", escribió el activista por la democracia Vladimir Kara-Murza en The Washington Post.

Muchos candidatos lograron alcanzar ese objetivo, pero la Comisión Electoral dictaminó que algunas firmas no eran elegibles, asegurando que no estaban claras o que las direcciones proporcionadas estaban incompletas.

Grupos opositores dicen que las autoridades no tenían motivos para considerarlos inelegibles. "No tenemos ninguna razón para dudar de nuestros expertos", dijo sin embargo el miembro de la Comisión Electoral, Dmitry Reut.

Ella Pamfilova, la jefa de la Comisión Electoral, afirmó de hecho que las protestas no cambiarán sus decisiones. "No importan, ni tan siquiera un poco", dijo, desestimando las manifestaciones y calificándolas de "políticas".

¿Cuáles han sido las reacciones?

El candidato a las elecciones y uno de los líderes de la oposición Dmitry Gudkov tuiteó que el consejo local había "muerto bajo Putin".

"La última ilusión de que seríamos capaces de participar legalmente en política ha desaparecido", dijo.

Algunos periódicos también denunciaron las detenciones. El diario Vedomosti dijo que las autoridades estaban usando la fuerza para reprimir la protesta "al haber fracasado en su intento por hacerlo con medios políticos".

El periódico del gobierno ruso Rossiyskaya Gazeta, sin embargo, acusó a la oposición de "chantaje" y de tener "una actitud inaceptable hacia los estatutos de la ley".

La portavoz de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Maja Kocijancic, condenó las detenciones. Dijo que el uso desproporcionado de la fuerza contra manifestantes pacíficos socavó gravemente las libertades fundamentales de expresión, asociación y reunión consagradas en la Constitución rusa.

El analista político Abbas Gallyamov le dijo al servicio ruso de la BBC que la respuesta del gobierno fue diseñada para disuadir a las personas de participar, ya que cualquier acción masiva sugeriría que la oposición había tomado la iniciativa del gobierno.

Otros creen, sin embargo, que las manifestaciones podrían beneficiar a las autoridades locales al reducir la participación en los comicios.

"Los jóvenes partidarios de la oposición no acudirán a las urnas, mientras que las generaciones mayores con las que cuentan las autoridades votan lo mismo por costumbre", dijo a la BBC Denis Volkov, un experto en el centro de estudios independiente Levada Center.

"Las autoridades se dirigirán más hacia ellos", concluyó el experto.


 

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