Las imágenes son desgarradoras. Personas ahogándose, con espuma en la boca, inmóviles...

Una nueva denuncia de lo que se supone fue otro ataque con armas químicas en Siria tuvo lugar el martes.

En esta oportunidad el incidente se registró en la ciudad de Khan Sheikhoun, en la provincia de Idlib, localizada en el noreste del país, cerca de la frontera con Turquía.

El conductor de una de las ambulancias despachadas para socorrer a las víctimas contó que a las 06.45 am (hora local) se enteraron de que se había producido un ataque aéreo. Necesitaron 45 minutos para llegar al lugar.

"Muchas personas se estaban ahogando, más de la mitad eran niños. La situación es trágica, es difícil encontrar palabras para describirla... Tuvimos que llevar a gente a la frontera, los hospitales están repletos", dijo el hombre.

Es muy difícil tener certeza con respecto a lo que ocurrió. El gobierno de Bashar al Asad niega que el ejército sirio haya usado armas químicas.

"No hay información oficial. Al parecer el ataque fue aéreo. Utilizaremos todos los recursos técnicos disponibles para determinar qué pasó. Lo que sí sabemos es que fue un horror", indicó Staffan de Mistura, enviado especial de Naciones Unidas para Siria.

¿Qué pasó?

Quienes se oponen a Bashar al Asad, lo responsabilizan por lo ocurrido. Consideran que fue un ataque a propósito.

Un portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia -país que apoya a Al Asad en el conflicto- reconoció que ese día sus fuerzas bombardearon el lugar. Pero ambos gobiernos argumentan que el incidente es el resultado de la explosión en una instalación de almacenamiento de municiones en control de los rebeldes.

"Las acusaciones son falsas, como tantas otras que nos han hecho en los últimos seis años. Destruimos nuestro arsenal químico hace tiempo. No necesitamos realizar ese tipo de ataques, nuestro poderío militar es suficiente", afirmó el parlamentario sirio Fares Shehabi.

La cantidad de víctimas también es incierta. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos -organización opositora que tiene sede en Reino Unido- y varios medios reportan que el número de muertos supera los 70.

En lo que si coincide la mayoría es que los afectados estuvieron expuestos a una sustancia tóxica.

"Sí parece haber sido un ataque químico. Los síntomas son consistentes con el uso de un agente que actúa en el sistema nervioso: convulsiones, imposibilidad de moverse, sangrado y contracción del iris", le explicó a la BBC Ralf Trapp, quien trabajó en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

Siguiendo la huella

Trapp reconoce que, considerando la imposibilidad de realizar investigaciones en el terreno debido al conflicto y a los enfrentamientos regulares entre la oposición y el gobierno, es complicado establecer los hechos.

"Asegurar con certeza cuál es la sustancia que se usó es difícil en este momento. Se habla de gas sarín y de organofosfato (un plaguicida). Este último, de hecho, es consistente con la contracción del iris".

Pero, en este caso específico, hay varias opciones.

"Hay víctimas en Turquía, se les podría tomar una muestra de sangre o cualquier otra muestra biológica. Esto puede hacerse varios días después de que la persona estuvo expuesta a la sustancia. Haciendo esto, en previas ocasiones, hemos determinado el uso de gas sarín", afirma Trapp.

La OPAQ tiene un procedimiento para la recolección de pruebas en el caso de denuncias por presunto empleo de armas químicas:

  • Es crucial que el grupo de inspección emprenda el viaje y llegue a destino para actuar con la menor brevedad posible.
  • El Estado inspeccionado deberá transportar al grupo que realizará la investigación desde el momento en el que llega al país y en un plazo de 36 horas.
  • Ambas partes deben acordar un perímetro para la inspección.
  • En las zonas seleccionadas, los expertos podrán acceder sin restricciones a cualquier lugar que consideren necesario.
  • El grupo podrá tomar muestras que serán analizadas en el lugar o enviadas a un laboratorio designado por la OPAQ.

Tras los culpables

Determinar la responsabilidad de un ataque como éste, también es un reto.

Según Trapp no es tanto porque no sea posible recopilar la evidencias -cree que al final será posible- sino porque se necesita la cooperación de las partes.

"Para tener certeza con respecto a los hechos, es necesario recrear el incidente para determinar con exactitud qué pasó en el momento. Se debe averiguar, por ejemplo, cual fue la cadena de comando ese día. ¿Quién estaba a cargo de las operaciones militares?", indica Trapp.

Así es posible saber quién está detrás del ataque.

Investigaciones previas realizadas por la OPAQ y la Organización de Naciones Unidas determinaron la responsabilidad de cuatro ataques químicos que tuvieron lugar en Siria: tres fueron realizados por el gobierno y uno por Estado Islámico.

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