El gobierno de Irán anunció que este miércoles comenzará a inyectar gas en centrífugas utilizadas para enriquecer uranio en su complejo subterráneo de Fordo, una de las dos instalaciones de enriquecimiento de uranio que tiene el país.

El uranio enriquecido puede usarse para hacer combustible para reactores, pero también para fabricar armas nucleares.

La decisión viola un acuerdo nuclear firmado entre Teherán y otras seis potencias en 2015, conocido como el Plan de Acción Conjunto y Completo (JCPOA, por sus siglas en inglés).

A pesar de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país del acuerdo en mayo de 2018, el resto de los firmantes -China, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania- lo han mantenido.

Sin embargo, desde que Washington endureció en mayo pasado las sanciones económicas contra Irán, que reimpuso tras abandonar el acuerdo, la nación persa comenzó a incumplir sus compromisos.

Este nuevo avance del programa nuclear iraní representa la cuarta violación al JCPOA en apenas cuatro meses, lo que preocupa a las potencias que firmaron el tratado con Teherán.

Los tres signatarios de la Unión Europea (UE) advirtieron que podrían implementar un mecanismo especial de disputa, que según los analistas de la BBC podría terminar de enterrar el acuerdo.

Según ese pacto, Irán debía limitar sus actividades nucleares sensibles y permitir el ingreso de inspectores internacionales.

Aunque el JCPOA permitía a la nación persa acumular pequeñas cantidades de uranio para la investigación, prohibía el enriquecimiento de uranio.

A cambio, se levantarían las sanciones internacionales que estaban paralizando a su economía.

Pero el devastador efecto que están teniendo las nuevas sanciones impuestas unilateralmente por Washington ha llevado a las autoridades iraníes a denunciar que no se está cumpliendo lo pactado en 2015.

En un discurso el martes, el presidente Hassan Rohani acusó a las potencias que forman parte del acuerdo de no haber mantenido sus compromisos.

Al anunciar esta nueva violación del tratado, el mandatario aclaró que la decisión podía ser revertida si esos compromisos son respetados.

Sanciones

Trump retiró a su país del JCPOA el año pasado porque quería obligar a Irán a negociar un nuevo acuerdo que pondría límites indefinidos a su programa nuclear.

También buscaba detener su desarrollo de misiles balísticos.

Pero Irán se ha negado hasta ahora a negociar un nuevo tratado con Washington e insiste en que su programa nuclear es completamente pacífico.

Ante la negativa iraní, en julio pasado EE.UU. endureció sus sanciones y dijo que intentaría obligar a todos los países a dejar de comprar petróleo iraní, como forma de presión para obligar al gobierno persa a negociar.

Esto llevó al colapso de las exportaciones de petróleo de Irán, la principal fuente de ingreso del país, junto con el gas.

A su vez, provocó la caída del valor de su moneda e hizo que se disparara la inflación.

Incumplimientos

En respuesta, Irán anunció que no seguiría cumpliendo con las condiciones pactadas en 2015.

En julio, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que Irán había sobrepasado el límite permitido de almacenamiento de uranio poco enriquecido (300 kg).

Seis días después, Teherán comenzó a enriquecer uranio a un nivel más allá de lo que se le permite bajo el acuerdo nuclear (aunque todavía está muy lejos de lo que se requiere para crear material fisionable para un arma nuclear, aseguran los expertos).

A comienzos de septiembre, Rohani advirtió por la televisión estatal que su país volvería a romper otro compromiso del JCPOA.

"La organización de energía nuclear (iraní) tiene órdenes de adoptar todas las medidas necesarias en materia de investigación y desarrollo, y de abandonar todos los compromisos actuales en este campo", afirmó.

El mandatario adelantó que se buscaría desarrollar centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio.

Pero aclaró que daría marcha atrás con estos avances si las naciones europeas acordaban alguna forma de proteger al país de los efectos de las sanciones estadounidenses.

"Si los europeos pueden comprar nuestro petróleo o precomprarlo, y podemos tener acceso a nuestro dinero, eso facilitará la situación y podremos implementar completamente el acuerdo", dijo.

"De lo contrario, daremos nuestro tercer paso", desafió.

Rohani también se mostró dispuesto a sentarse a negociar, pero no directamente con Washington.

En vez, señaló que estaría dispuesto a mantener negociaciones nucleares multilaterales, pero solo si primero se levantaban las sanciones.

No obstante, el gobierno de Trump se ha negado a esta petición, lo que llevó a Teherán a cumplir con su amenaza.

Esta semana Rohani anunció su plan de empezar a inyectar gas en las centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio en su complejo de Fordo, lo que es considerado una cuarta violación del JCPOA.

Encrucijada

La disputa entre Teherán y Washington ha dejado a los otros signatarios en una encrucijada.

El portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, expresó su preocupación por el último anuncio de Irán pero aseguró que su país "apoya la preservación de este acuerdo".

También China ha defendido a su aliado en Medio Oriente, buscando mantener con vida el pacto.

Pero los líderes de la UE se han mostrado menos pacientes.

A fines de septiembre, durante un encuentro con ministros iraníes realizado al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas, los representantes de Reino Unido, Francia y Alemania lanzaron una advertencia a Teherán.

Afirmaron que si ocurrían nuevas violaciones implementarían un mecanismo especial de disputa, previsto en el tratado.

Según el corresponsal de la BBC James Landale, si se activa ese mecanismo todo el acuerdo nuclear podría colapsar y la ONU podría restablecer las sanciones internacionales contra Irán.

Tras esta nueva violación, que entraría en efecto este miércoles, una portavoz de la UE señaló que el bloque estaba "preocupado".

Sin embargo, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Agnes von der Muhll, señaló que esperarían junto con sus socios los próximos informes de la OIEA "sobre los anuncios y acciones de Irán", antes de tomar una decisión.

OIEA

El nuevo director general de la OIEA, el argentino Rafael Grossi, quien asumió el cargo a finales de octubre, dijo a la prensa al asumir que su "prioridad inmediata" sería la negociación con Irán.

No obstante, en declaraciones realizadas antes de asumir, Grossi había advertido que si Teherán se retiraba del acuerdo la UE no tendría "más remedio que reimponer las sanciones".

El funcionario también le dijo al medio argentino Infobae que veía poco probable que los países de la UE ayuden económicamente a Irán, como exige Rohani.

"No creo que Europa actúe bajo presión. Es una apuesta fuerte de Irán, está emplazando a los europeos a que ayuden a revertir la decisión de EEUU, algo imposible", dijo.

"Es como el perro que se muerde la cola, una situación de muy difícil escapatoria".

Por su parte, el corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, señaló que "lo que está en juego en torno al acuerdo nuclear es enorme".

"El temor es que el posible colapso del pacto no solo aliente a Irán a reanudar sus preocupantes actividades nucleares, sino que también pueda haber el riesgo de algún tipo de conflicto en el Golfo, ya sea intencional o no", advirtió.

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