Este 1 de mayo, Japón comienza oficialmente una nueva era.

Es el día que el príncipe heredero Naruhito ascendió al Trono del Crisantemo como el nuevo emperador.

Su padre, Akihito, es el primer emperador japonés en abdicar en más de 200 años, lo que pone fin a la era imperial de Heisei el 30 de abril.

El emperador entrante es diferente en muchos aspectos con respecto a sus predecesores que están más ligados a la tradición.

El príncipe heredero Naruhito siempre ha desafiado las expectativas sobre su persona al priorizar su vida familiar y académica.

Muchos se preguntan si el príncipe adaptará su nueva posición a las necesidades de un mundo en constante cambio, o si se basará en el legado de sus predecesores.

Un académico de corazón

El príncipe heredero Naruhito, de 59 años, representa a una familia imperial de Japón que difiere significativamente de la de sus antecesores.

A diferencia de su padre, quien fue príncipe heredero desde su nacimiento, Naruhito tuvo la oportunidad de elegir su propia educación y perseguir sus sueños cuando era joven.

Después de graduarse en historia en la prestigiosa Universidad Gakushuin de Tokio, el príncipe estudió en el Merton College de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, de 1983 a 1985.

Se dedicó a estudiar la historia del transporte en el río Támesis, con destacado interés en las vías fluviales, que continuó con una investigación doctoral en la Universidad Gakushuin.

Sus años en Oxford dejaron una fuerte marca en el príncipe Naruhito.

En sus memorias de 1993 tituladas "El Támesis y yo", describió ese período como el "momento más feliz" de su vida.

A pesar de asumir responsabilidades reales desde 1991 como príncipe heredero, Naruhito mantuvo su pasión por el mundo académico y los problemas mundiales del agua.

Fue presidente de honor de la Junta Asesora de Naciones Unidas sobre Agua y Saneamiento desde 2007 a 2015.

Un hombre de familia devoto

El príncipe Naruhito vivió con su familia hasta los 30 años, una desviación de la tradición imperial que requiere que los futuros emperadores sean criados por sus súbditos.

La práctica tenía como objetivo inculcar la consideración de las personas en lugar de los apegos personales, pero cuando el príncipe heredero nació, la vida familiar se consideraba igualmente importante.

La importancia de la familia para el príncipe heredero Naruhito tomaría aún más relevancia cuando su esposa enfrentó un "trastorno de adaptación" relacionado al estrés.

La princesa heredera Masako, exdiplomática, fue diagnosticada con el trastorno en 2004 debido a la tensión de la vida imperial y a la presión para tener un hijo.

El príncipe tomó así parte activa en la crianza de su hija, la princesa Aiko, y defendió firmemente a su esposa de las críticas de que ella estaba descuidando los deberes públicos.

La princesa Aiko también fue objeto de un debate más amplio sobre la sucesión imperial. Bajo la Ley de la Casa Imperial de 1947, solo los hombres pueden ascender al trono.

En 2004, el entonces primer ministro Junichiro Koizumi propuso una revisión para permitir la figura de emperatriz, lo que podría convertir a la princesa Aiko en futura gobernante.

Estos planes se estancaron después del nacimiento de su primo, el príncipe Hisahito, en 2006.

Comienzo de una nueva era imperial

La asunción del príncipe Naruhito como emperador el 1 de mayo marca el comienzo de la era Reiwa de Japón.

El nombre de la nueva era imperial, que significa "bella armonía", fue tomado de Manyoshu, la antología poética más antigua de Japón.

Esto marca una diferencia con la tradición, que hacía que se tomaran nombres para la era imperial de los clásicos chinos, una práctica que duró más de 1.300 años.

Más de 70% de los ciudadanos japoneses aprueba el nombre, según las encuestas, mientras que el emperador entrante es también recibido favorablemente por el público.

A pesar de la aprobación de la población, aún quedan dudas sobre el papel que jugará el futuro emperador Naruhito en un Japón cambiante.

Las obligaciones del emperador son en gran parte ceremonial. Su rol se centra en el compromiso público con los ciudadanos y en reunirse con enviados extranjeros.

Pero se espera que Naruhito, quien será el primer emperador nacido después de la Segunda Guerra Mundial, presione para lograr un cambio.

"El mundo está cambiando y nos preguntamos cómo Naruhito ajustará su posición y responsabilidades a este nuevo panorama", escribió el importante diario de negocios japonés Nikkei.

La ley que impide a su hija convertirse en emperatriz es de particular importancia.

Todos los ojos están puestos en el emperador entrante para ver si presiona para una revisión de la ley, pero hasta ahora ha evitado el tema.

El príncipe con inclinaciones académicas, en cambio, ha enfatizado la necesidad de aprender de sus predecesores en un principio y continuar con su trabajo.

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