El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este jueves un cambio de ministros que colocará a un general del Ejército como su nuevo hombre de confianza, reforzando aún más el numeroso cuadro de militares en su gobierno. 

El general Walter Braga Netto, de 62 años, es actualmente el número dos del Ejército y será el nuevo ministro de la Casa Civil, que cumple funciones similares a las de un jefe de gabinete. 

La Casa Civil estuvo comandada desde la llegada de Bolsonaro al poder en enero de 2019 por el diputado Onyx Lorenzoni, del partido DEM (derecha). 

Pero en el último tiempo Bolsonaro ha delegado varias funciones de esa cartera -como la articulación política con el Parlamento o el programa de privatizaciones- a otros miembros de su gobierno, restándole en la práctica gran parte del poder que normalmente se atribuye al ministro de la Casa Civil. 

Lorenzoni comandará ahora el Ministerio de Ciudadanía, encargado de los programas sociales.

Braga Netto estuvo al frente de la intervención federal que en 2018 puso las tareas de seguridad del estado de Rio de Janeiro bajo el comando de las Fuerzas Armadas. La intervención fue ordenada por el presidente de  Michel Temer (2016-2018) para tratar de contener una ola en este estado acosado por la disputa de territorio entre bandas de narcotraficantes y entre estas con grupos paramilitares y con las fuerzas de seguridad.

La llegada Braga Netto a la Casa Civil refuerza el "ala militar" del gobierno, que ahora cuenta con nueve ministros, incluyendo cuatro que trabajan directamente con el presidente en el Palacio de Planalto, en Brasilia.  

Desde el inicio de su mandato Bolsonaro ha tenido que armonizar dos universos que conviven en un clima de tensión dentro de su gobierno: el ala "ideológica", inflamada por los hijos del presidente y que pretende dar mayor visibilidad a la agenda de valores conservadores, y la de los militares que ocupan posiciones de poder -incluido el vicepresidente- y afirman tener una visión más "pragmática" de la gestión.

El cambio estrecha filas además en el gobierno ultraderechista a ocho meses de las elecciones municipales de octubre, en que la izquierda y el centro derrotados en los comicios generales del año pasado tratarán de levantar cabeza.

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