Este jueves fue bombardeado un centro médico en Alepo que contaba con el apoyo de Médicos sin Froteras (MSF).

Al menos tres doctores y el último pediatra que quedaba en la zona rebelde murieron tras el ataque al hospital. El resto de los fallecidos son pacientes y dos guardias de seguridad del centro sanitario. 

Médicos Sin Fronteras señaló que ese centro de Apelo era el principal punto de derivación para los pacientes de pediatría y contaba con 8 doctores y 28 enfermeras.

En un principio, la organización cifró los muertos en 14 personas, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos humanos elevó el número a 27 fallecidos en el centro de Al Quds, que entraba "sanidad básica".

La ONG condenó el ataque señalando que "los hospitales no son un blanco" de los bombardeos que son cotidianos en esa zona.

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