Ataques aéreos de aviones de combate rusos en la provincia siria de Idlib dejaron al menos 11 personas muertas (entre ellos seis civiles) y una treintena de heridos, según los primeros reportes entregados este domingo (25.06.2023) por la prensa local y organizaciones civiles. Los bombardeos habrían sido en represalia por ataques con drones atribuidos a las fuerzas rebeldes.

"Cuatro civiles murieron en Jisr al-Shughur y tres combatientes rebeldes perdieron la vida cerca por unos ataques aéreos rusos", dijo a la prensa Rami Abdelrahman, líder del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con base en Londres pero una amplia red en Siria. Reportes posteriores aumentaron la cifra de fallecidos a once, seis de ellos civiles.

Una de las bombas lanzadas por los rusos impactó de lleno en un concurrido mercado de vegetales. La organización de ayuda Cascos Blancos reportó más de una treintena de heridos, y se teme que la cifra de fallecidos aumente con el paso de las horas. "Sabemos que los heridos más graves han estado muriendo tras llegar a los hospitales”, dijo Ahmad Yaziji, de los Cascos Blancos. "Se atacó el mayor mercado de la zona, donde se reúnen los granjeros del norte de Siria”, agregó.

Medio millón de muertos

"Cabe destacar que esta es la primera masacre cometida por aviones de guerra rusos dentro de los territorios sirios durante 2023", indicó el Observatorio, y ocurre un día después de que Moscú enfrentara una rebelión del grupo mercenario Wagner que puso en apuros al régimen de Vladimir Putin.

Las fuerzas rusas, que apoyan al régimen de Bashar al Assad, lanzaron el ataque en respuesta a bombardeos con drones atribuidos a los rebeldes. De momento ni Rusia ni Siria comentaron la acción, aunque Damasco suele afirmar que ataca solamente a grupos militantes como Hayat Tahrir al-Sham, formado por exmiembros de Al Qaeda.

Damasco, gracias al apoyo de Rusia e Irán, logró recuperar buena parte del territorio perdido a comienzos de la guerra civil, en 2011, pero la provincia de Idlid, así como bolsones en Alepo, Hama y Latakia, siguen en manos de la oposición. La guerra civil en Siria ha dejado más de medio millón de muertos y forzado a la mitad de la población del país a abandonar sus hogares.

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