Brasil recibió el Año Nuevo con la famosa playa de Copacabana de Rio de Janeiro casi vacía, ya que la policía impidió las tradicionales aglomeraciones festivas por culpa de la pandemia y resonaron protestas contra el presidente Jair Bolsonaro.

Rio suele acoger una de las mayores fiestas de Fin de Año del mundo, pero las autoridades cancelaron las celebraciones de este año debido al fuerte impacto del coronavirus en el país. 

La pandemia no impidió, sin embargo, que los cariocas iluminaran a medianoche su icónico cielo con fuegos artificiales lanzados por ellos mismos.

Los fuertes estruendos de los petardos se mezclaron esta vez con los gritos y cacerolazos de ciudadanos contrarios al mandatario que gritaban "¡Fuera Bolsonaro!" desde sus ventanas en Rio de Janeiro y Sao Paulo, las dos mayores ciudades del país, en protesta contra el líder al que acusan de una gestión desastrosa de la pandemia.

El covid-19 ha matado unas 195.000 personas en Brasil, lo que le convierte en el segundo país más enlutado del mundo por la pandemia, solo por detrás de Estados Unidos. El gigante sudamericano, con 212 millones de habitantes, se encuentra ahora sufriendo una intensa segunda ola.

Bolsonaro, el político apodado por algunos como 'Trump Tropical', ha minimizado desde el comienzo la gravedad del virus y desafió los consejos de los expertos de salud para contener su propagación.

Y terminó el año en la misma dirección, asegurando que las mascarillas, que para los expertos de salud global son utensilios vitales para evitar la transmisión del virus, "no protegen de nada".

"Eso es una ficción", afirmó en el directo que hizo en Facebook por Fin de Año.

"¿Cuándo vamos a tener gente con coraje -porque yo no soy un especialista en el asunto, vale?- para decir que la protección de la mascarilla es un porcentaje pequeño?", lanzó.

Las celebraciones de Año Nuevo fueron esencialmente tranquilas en todo Brasil, aunque pudieron verse algunas aglomeraciones de juerguistas sin tapabocas en playas y discotecas de algunas zonas.

La policía interrumpió grandes fiestas en varias ciudades, según reportaron medios locales.

La superestrella de la Seleçao Neymar, sin embargo, trató de zanjar la polémica causada por los rumores sobre su supuesta megafiesta de fin de año para 500 personas en el litoral de Rio de Janeiro.

El atacante del París SG publicó un video en Instagram de los preparativos de lo que calificó "una cenita de casa" solo para la familia y los amigos en la noche del jueves.

"Y no es para 500 personas", añadió con una sonrisa.

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