AFP

Cientos de catalanes comenzaban a reunirse en la mañana del domingo frente a los recintos de votación en Barcelona y en otras ciudades de la región, a la espera de poder participar en el referéndum de independencia de España, prohibido por la justicia, constataron periodistas de la AFP.

Más de 5,3 millones de catalanes están convocados a votar en un referendo sobre la independencia, rodeado de incertidumbre por la intención de las instituciones españolas de impedir este plebiscito prohibido por la justicia

"En Cataluña estamos en el punto que creemos que es esencial decidir si continuamos con el estado español", decía a la AFP Pau Valls, universitario de 18 años que acampó la noche anterior ante el colegio Jaume Balmes en el centro de Barcelona.

A una hora en que los últimos trasnochadores terminaban la fiesta, cientos de barceloneses se levantaron excepcionalmente temprano para "defender" sus recintos de votación. Este fue el caso de Ignacio Sellares, de 56 años, un consultor impositivo. "Esto es histórico", dijo. 

Años de creciente tensión entre el gobierno de esta región de 7,5 millones de habitantes y Madrid llegan a su punto álgido con este referéndum, reclamado ampliamente por la sociedad catalana pero rechazado repetidamente por el gobierno español de Mariano Rajoy, que lo considera anticonstitucional.

En otras zonas de Barcelona, frente a la escuela Vedruna de Gracia que acoge a alumnos desde la guardería hasta la secundaria, unas 50 personas esperaban. 

Allí, algunos también pasaron la noche en carpas. La calle, bloqueada por contenedores de basura marcados con la palabra "votar", estaba cortada. 

También en Gerona, bastión del presidente de la región, el político independentista Carles Puigdemont, o en la localidad de Figueras, ciudad natal del pintor Salvador Dalí, los ciudadanos se congregaban para proteger los centros de votación y defender el "derecho a votar". 

Hacia las 05:30 de la mañana, cientos de personas esperaban también delante del centro deportivo Sant Julia de Ramis en Gerona, protegido por un tractor. La multitud aplaudía y entonaba a gritos la consigna "Votarem".  

Los dirigentes regionales designaron más de 2.300 espacios como puntos de votación: escuelas, residencias de ancianos, centros sanitarios o museos, algunos ocupados desde el viernes por ciudadanos dispuestos a mantenerlos abiertos hasta el momento del voto.

Una juez ordenó su cierre y desalojo a partir de las 06:00 con tal de impedir que se celebre el plebiscito. La instrucción la debían aplicar los Mossos d'Esquadra, la policía regional dependiente del ejecutivo catalán, que tienen instrucciones de sus comandos de no aplicar la violencia.

Publicidad