Un adolescente de 17 años, residente en Nevada, Estados Unidos, sufrió la explosión de su cigarrillo electrónico en su boca, provocándole una fractura de mandíbula, la pérdida de algunas piezas dentales y un agujero en su barbilla.

El hecho ocurrió en marzo de 2018, y se hizo público gracias a la publicación de la revista especializada New England Journal of Medicine.

La víctima estuvo alrededor de 6 semanas recibiendo tratamiento para la reconstrucción.

De acuerdo al medio, Kailani Burton le compró a su hijo, Austin Adams, con la esperanza de que este dejara de fumar.

"Mi otro hijo entró corriendo y él dijo: 'Explotó, explotó'", dijo la madre en una entrevista. "(Austin) tenía su mano sobre su boca, y estaba sangrando. Solo lo miré y le dije: 'Sube al auto'".

La Dra. Katie Russell, directora médica de traumas del Primary Children's Hospital, fue la responsable de tratar al adolescente, y aseguró que nunca había visto algo como eso.

"No tenía idea de que un cigarrillo electrónico pudiera causarle una lesión tan grave, porque se necesita algo de fuerza para romperle la mandíbula", dijo en una entrevista la profesional, que también es coautora del caso médico publicado en el New England Journal of Medicina. 

Desde aquel incidente, Russell aseguró que estuvo en conocimiento de otros 40 casos, al menos, de lesiones provocadas por estos aparatos.

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