AFP

Belén, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado desde hace casi medio siglo por Israel, es el lugar donde nació Jesús, según la tradición cristiana, pero también alberga lugares santos para el judaísmo y el islam.

Ciudad santa para tres religiones monoteístas 

En el corazón de Belén, la basílica de la Natividad, erigida en el siglo IV en el lugar de nacimiento de Jesús, atrae a peregrinos cristianos y musulmanes. La gruta bajo la iglesia es una cripta rectangular embaldosada con mármol.

Tres iglesias cristianas (ortodoxa, católica y armenia) administran el edificio, sometido a numerosas transformaciones a lo largo de los siglos. Los musulmanes pueden orar en el ala sur.

Belén ocupa un lugar destacado en la Biblia: desde el Génesis bajo el nombre de Efrata, donde muere Raquel, la mujer del patriarca Jacob, nieto de Abraham.

La tumba de Raquel, en el extremo de la ciudad, es el tercer lugar santo del judaísmo, después del monte del Templo en Jerusalén (explanada de las Mezquitas para los musulmanes) y la tumba de los patriarcas en Hebrón (la mezquita de Ibrahim para los musulmanes).

Patrimonio de la Unesco 

En junio de 2012, la basílica de la Natividad engrosó la lista del patrimonio mundial de la Humanidad de la Unesco, pese a la oposición de Israel y de Estados Unidos. Los palestinos reivindican una victoria "histórica".

En octubre de 2010, la Unesco adoptó una resolución en la que la tumba de Raquel también figura como mezquita (mezquita Bilal Bin Rabah/Tumba de Raquel en Belén).

Procesión y misa del gallo 

El 24 de diciembre, como todos los años, Belén vive al ritmo de las celebraciones de Navidad, que comienzan con una procesión del patriarca latino, que parte de Jerusalén y pasa por el Muro de Separación construido por Israel.

Las fanfarrias de los boy scouts escoltan la procesión, al son de las gaitas y tambores, hasta la basílica de la Natividad. En la plaza del pesebre de Belén, hay muchas procesiones coloridas.

A medianoche el patriarca latino celebra la tradicional misa del gallo en la iglesia franciscana Santa Catalina, contigua a la basílica, en presencia de numerosos dignatarios religiosos y de representantes políticos palestinos.

Prisionera del muro de separación israelí 

Desde 2002, Israel erigió en la Cisjordania ocupada una barrera de seguridad calificada de "muro del apartheid" por los palestinos. Separa sobre todo Belén de Jerusalén, a menos de 10 km, y de localidades palestinas aledañas. El 7 de abril, Israel comenzó a levantar su muro en el sector de mayoría cristiana de Beit Jala y del valle de Cremisán, cerca de Belén.

Dos millones de peregrinos 

El distrito de Belén, donde residen unos 210.000 palestinos, engloba Belén (40.000 habitantes), Beit Jala, Beit Sahur, una treintena de aldeas y tres campamentos de refugiados.

La ciudad, de mayoría cristiana hace medio siglo, está poblada ahora sobre todo por musulmanes, pero los cristianos conservaron un papel predominante en la vida económica.

El turismo es uno de los principales recursos de la ciudad, cuya basílica atrae a dos millones de peregrinos al año.

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