Pueden estar sirviendo en barcos de pesca debido a una deuda, sometidas a matrimonios forzados, detenidos contra su voluntad como empleados domésticos o atrapadas en burdeles bajo amenazas de violencia.

Estas son algunas de las formas de la llamada esclavitud moderna. Más de 45 millones de personas viven hoy en día en esta condición.

Aunque casi todos los países la han declarado ilegal, continúa existiendo y en Asia se encuentra casi el 35% de las víctimas.

El Índice Global de Esclavitud 2016, que publica anualmente la organización de ayuda Walk Free Foundation en Australia, define la esclavitud como una"situación de explotación a la que una persona no puede negarse debido a amenazas, violencia, coerción, abuso de poder o engaño".

Estos son cinco ejemplos de esclavitud moderna.

1. La industria de pescados y mariscos

Grupos de derechos humanos afirman que miles de personas son forzadas a trabajar en barcos de pesca, donde pueden permanecer durante años sin ni siquiera poder ver la costa.

Las víctimas aseguran que si te atrapan tratando de escapar pueden matarte o lanzarte por la borda.

Tailandia, que es el tercer exportador de mariscos del mundo, ha sido acusado deformar las tripulaciones de sus barcos con birmanos y camboyanos que fueron forzados a trabajar como esclavos.

Las autoridades están tratando de aplicar medidas enérgicas contra los traficantes de personas.

Muchas víctimas aseguran que fueron engañadas por intermediarios que les prometieron empleos en una fábrica y después los llevaron a barcos de pesca donde se les forzó a trabajar.

Un birmano que escapó de sus traficantes indicó que lo forzaron a abordar un pequeño barco en mar abierto donde tenía que pescar durante 20 horas al día sin recibir un pago.

"La gente decía que a cualquiera que trataba de escapar le rompían las piernas, le rompían las manos o incluso lo mataban", le dijo a la BBC.

2. Fábricas de marihuana y salones de uñas

Las cifras sugieren que podría haber entre 10.000 y 13.000 víctimas de esclavitud en Reino Unido llegadas de varios países, incluidos Albania, Nigeria, Vietnam y Rumania.

Se cree que unos 3.000 niños de Vietnam están trabajando en fábricas de marihuana y salones de uñas.

A muchas víctimas se les dice que se lastimará a sus familias si se escapan.

Una víctima, Lam, tenía 16 años cuando llegó a Reino Unido esperando ganar dinero para enviar a su familia.

En lugar de eso se le forzó a trabajar en una "fábrica" de marihuana, una casa donde se cultivan enormes cantidades de la planta.

"Recuerdo que le pregunté al hombre que me llevó allí si podía irme porque no me gustaba, pero me amenazó con golpearme o matarme de hambre", dice Lam.

El joven fue arrestado cuando la policía allanó la casa, y acusado de delitos vinculados a drogas. Pero eventualmente recibió ayuda del centro de asesoría de tráfico infantil de la organización de protección a la infancia NSPCC.

3. Esclavitud sexual

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que hay unas 4,5 millones de víctimas de explotación sexual forzada.

Shandra Woworuntu, activista contra el tráfico humano, fue forzada a la esclavitud sexual en Estados Unidos en 2001.

La mujer salió de Indonesia, donde se le prometió trabajar en la industria hotelera en ese país, pero los intermediaros que la recibieron en el aeropuerto la entregaron a traficantes armados que la forzaron a llevar a cabo trabajos sexuales.

"Me dijeron que yo les debía US$30.000 y que pagaría la deuda con US$100 cada vez que sirviera a un hombre", explica.

Eventualmente logró escapar y con ayuda del FBI localizó un burdel donde había otras víctimas de tráfico.

4. Mendicidad forzada

El informe descata que muchos niños en Europa, Asia, África, América Latina y Medio Oriente son forzados por criminales a pedir limosna en las calles.

Una víctima le dijo a los investigadores: "Aunque pido limosna no me pagan nada.Tengo que entregarles todo lo que gano. Me privan de alimento y no puedo dormir bien. No me pagan un salario, esto sólo es servidumbre".

Otra víctima afirma: "No puedo decirles nada porque tengo un miedo constante. Mi empleador me amenazó con no decir nada a nadie o de otra forma me castigaría de forma severa".

El caso de las Américas

El análisis de la Walk Free Fundation estima que 2,16 millones de personas en los países de América se encuentran en una condición de esclavitud moderna.

Haití y República Dominicana son las naciones que comparten el porcentaje más alto de su población (1%) víctima de trabajo forzado, unos 100.000 casos en cada país.

Ese porcentaje pone a esos países vecinos del Caribe en el octavo lugar de las 167 naciones estudiadas en el Índice Global de Esclavitud.

En el caso de Dominicana, el 25% de los cinco millones de turistas que visitan la isla participan en el comercio sexual, donde una de cada cuatro víctimas son menores de edad, según el análisis.

Además, el 65% de quienes viven explotación laboral en el país —entre dominicanos y haitianos— son víctimas en plantaciones de azúcar de caña, tomates, arroz y en la industria de la construcción.

 

Guatemala ocupa el lugar 12 del mundo en porcentaje de víctimas de explotación moderna, con un estimado de 138.100 personas.

El lugar 18 lo comparten tres países de Sudamérica: Colombia tiene unos 308.200 casos; Perú, cerca de 200.000, y Venezuela alcanza 198.800.

De todo el continente, México tiene el más alto número de personas que sufren esclavitud (376.800), pero el porcentaje respecto a su población es de 0,29%.

El Índice Global de Esclavitud detectó focos rojos en México en la explotación sexual, así como en los trabajos forzados en la construcción, la manufactura, en las granjas y en las ventas minoristas.

5. Detrás de las puertas cerradas

Gran parte de la esclavitud moderna no es visible para el público. Se lleva a cabo en hogares y en granjas privadas.

La semana pasada, tres individuos de la misma familia en Reino Unido fueron encarcelados por forzar a un hombre a realizar trabajo forzado por casi nada de dinero.

Michael Hughes, de 46 años, fue forzado a trabajar para la familia durante más de 20 años llevando a cabo trabajos de construcción.

Hughes dijo que tenía que vivir en un cobertizo de 1,2 metros en el jardín, sin calefacción ni agua corriente durante dos años.

Y el mes pasado, un británico fue encarcelado por dos años en el primer caso en este país de un hombre que mantiene a su esposa bajo servidumbre doméstica.

La esposa fue torturada, forzada a hacer todo tipo de labores y no tenía permitido salir de la casa, indicaron los fiscales.

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