La ciudad australiana de Sídney ordenó este viernes el cierre durante una semana de sus cuatro distritos centrales, para contener un creciente brote de la contagiosa variante Delta del COVID-19.

La medida fue adoptada luego de que esta semana se detectaron varias decenas de casos relacionados con un conductor de limusina contagiado cuando trasladó a la tripulación de un vuelo internacional del aeropuerto de Sídney a un hotel de cuarentena.

La orden de cierre fue dictada cuando el foco de contagio creció a 65 casos, y obliga a permanecer en casa a cualquiera que haya vivido o trabajado en las áreas afectadas durante la última quincena.

Los trabajadores del distrito empresarial del centro de la ciudad fueron incluidos en las restricciones por temor de una propagación del virus a otras partes de la ciudad, dijo Gladys Berejiklian, primera ministra del estado de Nueva Gales del Sur.

"Lo que esta medida hace es asegurar que no se nos escape ninguna cadena de transmisión comunitaria" del virus, comentó.

Quienes están bajo el cierre solo podrán dejar sus casas por motivos esenciales, como comprar alimentos o si no pueden trabajar desde casa.

Australia ha sido uno de los países más exitosos en contener el COVID-19, con poco más de 30.000 casos y 910 muertes.

Pero el virus se ha escapado de los hoteles usados para poner en cuarentena a los viajeros que regresan al país, y expertos en salud afirman que los brotes seguirán hasta que un porcentaje mayor de la población esté vacunado.

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