AFP

Si la popular canciller Angela Merkel tuviera que presentarse en unas elecciones al estilo de Estados Unidos, seguramente ganaría por goleada, pero las cosas no son tan simples en el complejo sistema electoral alemán.

Al final, su formación conservadora se verá probablemente obligada a buscar intrincadas coaliciones, incluso con sus mayores rivales, para poder mantener a Merkel en el poder para un cuarto mandato.

Ello es debido al sistema electoral alemán de posguerra que mezcla el famoso "winner-takes-all" de Reino Unido y Estados Unidos con el sistema de representación proporcional, que permite la presencia de partidos más pequeños.

Lo que hay que saber

Un total de 61,5 millones de personas de más de 18 años son llamadas a las urnas para elegir el nuevo gobierno del país más poblado de la Unión Europea y su primera economía. Hay 31,7 millones de electoras y 29,8 millones de electores.

Hace cuatro años, la participación fue de 71,5%, levemente superior a la de 2009 y bastante más elevada que en otros muchos países de Occidente.

Cuando los alemanes entran en la cabina de votación, tienen que hacer dos cruces en la papeleta, una para el representante directo en su distrito local y otra para el partido político que eligen.

El umbral del 5% 

La primera votación sirve para que cada uno de los 299 distritos alemanes esté representado en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento. En la segunda, crucial, los ciudadanos votan por un partido.

Antes del día de la elección, los partidos presentan sus "listas de candidatos" en los 16 estados. Los candidatos que encabezan las listas son los que más posibilidades tienen de obtener un escaño.El partido que logra más votos consigue más diputados en la cámara baja.

Por ejemplo, si una formación logra tres escaños directos en el primer voto, y consigue 10 bancas en la segunda votación, otras siete personas de la lista del partido obtendrán el escaño.

La situación se complica cuando no hay un equilibro entre los votos directos y los de las listas porque los electores "dividen" su papeleta.

Cuando un partido logra más escaños directos que los que le corresponden en el segundo voto, puede retener estos escaños. 

Por eso, el número de bancas del Bundestag puede ir incluso más allá de las 598 oficiales. Tras las elecciones de 2013, la cámara tuvo 630 diputados.

Otra norma establece que las formaciones que no superan el 5% en la votación del partido se quedan fuera del Parlamento. Esta medida sirve para evitar que haya una excesiva fragmentación política.

Tanto los liberales del FDP como la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania esperan esta vez superar este umbral, después de no conseguirlo en 2013.

Tras el cierre de los colegios electorales, a las 16:00 horas, el principal interrogante será qué alianza de partidos conseguirá la mayoría absoluta para elegir al canciller.

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