AFP

Park, destituida por el parlamento surcoreano a finales de 2016, cumple ya una pena de 24 años de reclusión por abuso de poder y corrupción que le fue impuesta en abril en el marco de un enorme escándalo que desató una ola de protestas.

La expresidenta, de 66 años, no estuvo presente en la vista en la que el tribunal del distrito central de Seúl le infligió seis años de cárcel por malversación de fondos del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) y dos más por haber intervenido ilegalmente en la designación de candidatos de su partido conservador para las elecciones legislativas de 2016.

Como se trata de penas consecutivas, Park podría pasar un total de 32 años tras las rejas.

Park fue hallada culpable de haber cobrado un total de 3.300 millones de wones (2,9 millones de dólares, 2,6 millones de euros) desviados de las cajas de los servicios de inteligencia.

"La acusada recibió unos 3.000 millones de wones en tres años de tres jefes del NIS. La acusada causó pérdidas considerables al Tesoro Público a través de su delito", argumentó la corte.

Tres exjefes del NIS declararon haber malversado dinero de las cajas de su organización por orden de Park, señala la sentencia.

La fiscalía acusó a la expresidenta de haber utilizado el dinero para reformar su domicilio privado, financiar una tienda en la que su confidente Choi Soon-sil hacía confeccionar su ropa y otros servicios privados, como masajes.

Choi, la amiga secreta y el personaje central del escándalo, fue condenada a 20 años de cárcel por abuso de poder, corrupción e injerencia en los asuntos del Estado. Utilizó sus vínculos privilegiados con Park para extorsionar millones de euros a empresas, entre ellas el gigante Samsung.

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