AFP

El régimen sirio y su aliado ruso intensificaron los bombardeos en las zonas controladas por rebeldes y yihadistas en Alepo y otras regiones del norte del país, matando en las últimas 24 horas a cerca de 70 civiles.

Alepo, punto estratégico en el desarrollo de la guerra que devasta Siria desde hace cinco años, está desde 2012 dividida entre los rebeldes, que ocupan los barrios orientales de la ciudad, y el régimen, presente en los occidentales.

Los combates se concentran ahora en el sur y sudeste de Alepo, pero ambos bandos han llamado a miles de combatientes de refuerzo para la gran batalla que se avecina por la conquista de la totalidad de la ciudad, la segunda por importancia del país.

Las tropas sirias, apoyadas por combatientes iraníes, iraquíes, y del Hizbolá libanés, se enfrente al Ejército de la Conquista, una alianza entre rebeldes y yihadistas del frente Fateh al Sham (exfrente Al Nosra, ahora escindido de Al Qaida).

Los combatientes prorrégimen están en dificultades tras el revés sufrido en el sudeste de la ciudad: el 6 de agosto los rebeldes tomaron el barrio gubernamental de Ramusa, lo que les permitió romper el sitio impuesto por el poder en los sectores rebeldes.

En las últimas 24 horas, los barrios rebeldes han sufrido intensos bombardeos aéreos, señaló el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), añadiendo que el régimen y su aliado ruso también han atacado la provincia vecina de Idleb, en manos del Ejercito de la Conquista desde 2015.

Al menos 45 civiles murieron en los bombardeos en Alepo y 22 en Idleb, precisó el OSDH, mientras que nueve civiles fallecieron por disparos de rebeldes en la oeste de Alepo controlada por las fuerzas de Damasco.

El régimen 'bajo presión'

"La intensificación de los bombardeos en Idleb se explica por el hecho de que esta provincia es la reserva humana de combatientes del Ejército de la conquista", explicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

Por otro lado, "el régimen y sus aliado se encuentran bajo presión en Alepo tras la gran derrota sufrida en el sudeste de la ciudad", añadió.

Según un corresponsal de la AFP en el terreno, los bombardeos sobre el barrio de Ramusa continuaban sin tregua.

En cuanto al grupo Estado Islámico (EI), que aún controla grandes territorios del país, ha perdido terreno con su expulsión de Manbij, reconquistada por una alianza arabo-kurda con apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

En Deir Ezzor, también controlada por el EI, Rusia lanzó nuevos bombardeos que destruyeron seis depósitos de armas, dos cuarteles generales y varios vehículos de los yihadistas, matando a un número indeterminado de combatientes, según el ministerio de Defensa ruso.

En una nota más positiva, una niña siria de 10 años herida por un francotirador en Madaya, ciudad rebelde al sudoeste de Damasco asediada por el régimen, fue evacuada a un hospital de la capital, tras el llamamiento hecho por una de sus familiares, a la que se sumó Amnistía Internacional.

Ghina Qouwayder fue trasladada junto a su madre a Damasco para ser operada, según el OSDH y un responsable sirio.

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