Rusia seguirá finalmente suspendida por el escándalo de doping y no podrá desfilar con su bandera en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang, decidió hoy la ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI).

Los dos casos de dopaje de atletas rusos durante el evento fueron clave para que el COI mantuviera su postura, pese al buen comportamiento general de la delegación rusa y sus aficionados. La rehabilitación del Comité Olímpico Ruso, suspendido desde el 5 de diciembre, queda supeditada mientras tanto a que el resto de controles antidoping realizados a los deportistas rusos olímpicos den resultados negativos.

"Con esta decisión no hacemos felices a todos. Vamos a ser criticados", dijo Nicole Hoevertsz, presidenta de la comisión. La miembro del COI indicó que los deportistas rusos, que participaron en Pyeongchang bajo el nombre de "Atletas Olímpicos de Rusia", no rompieron las reglas de vestimenta y aseguró que los fans rusos también se comportaron correctamente.

Además, también se cumplió con otra parte importante de las sanciones impuestas a Rusia por el escándalo de doping, ya que el país transfirió el 20 de febrero los 15 millones de dólares exigidos. El dinero se usará para la lucha contra el dopaje.

Respecto a los dos casos de doping descubiertos en Pyeongchang en deportistas rusos, Hoevertsz dijo: "Los dos fueron casos individuales. No hay indicios de un sistema organizado de doping". El curler Alexandr Krushelnizkii y la piloto de bob Nadeshda Sergueyeva fueron declarados culpables de haberse dopado por la Corte Arbitral del Deporte (CAS).

Delegación norcoreana

La delegación que sí está  en Pyenongchang es la norcoreana, encabezada por el general Kim Yong-chol que asistirá a la ceremonia de clausura. El militar, vicepresidente del Comité Central del gobernante Partido del Trabajo, es considerado responsable entre otros del hundimiento de un barco de guerra surcoreano en 2010, que fue alcanzado por un torpedo y en el que murieron 46 personas.

La noticia de su visita desató protestas en Corea del Sur. Según informaronn el viernes medios surcoreanos, Kim Yong-chol podría reunirse con la representante del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, Allison Hooker, que acompaña a Ivanka Trump.

Ambos se conocen personalmente desde 2014, cuando Hooker viajó a Pyongyang con el entonces jefe de los servicios secretos estadounidenses, James Clapper, para negociar la liberación de dos ciudadanos de Estados Unidos.

El régimen norcoreano, molesto por las críticas recibidas, afirmó sin embargo a través de un portavoz gubernamental que "en ningún momento mendigará el diálogo" con Estados Unidos y llegó a decir que "ni en cien o doscientos años" dialogaría de forma directa con la administración de Donald Trump.

Publicidad