En medio de la silenciosa noche en la montaña antioqueña, algunos campesinos escucharon los "gritos y llamados de socorro" de los sobrevivientes del vuelo que transportaba al equipo brasileño de fútbol Chapecoense.

Fueron ellos, dijeron las autoridades este miércoles, quienes se comunicaron con los equipos de rescate para que se movilizaran al lugar donde se había estrellado el avión de la aerolínea boliviana Lamia, a pocos kilómetros de Medellín, Colombia.

Aunque las causas del trágico accidente del lunes en la noche siguen bajo investigación, Aeronáutica Civil de Colombia confirmó un primer dato: la aeronave no tenía combustible en el momento del impacto.

Lo supieron con certeza al inspeccionar los restos del avión en el lugar del accidente, aseguró el coronel Freddy Bonilla, secretario de seguridad de la Aeronáutica Civil de Colombia.

"Por lo tanto iniciamos un proceso de investigación para esclarecer por qué la aeronave no contaba con gasolina en ese momento", dijo la autoridad.

La falta de combustible y problemas eléctricos sonlas principales hipótesisde las causas del accidente que le costó la vida a 71 personas.

Y estas teorías tomaron fuerza a partir de un audio entre el piloto de la aeronave, Miguel Quiroga, y la torre de control divulgado por los medios locales este miércoles.

En él, Quiroga manifestó tener problemas de combustible y una "falla eléctrica total".

Sin embargo, las autoridades advirtieron que la grabación estaba "editada" y era "inexacta en sus tiempos".

El Chapecoense se encontraba en camino a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional.

Las cajas negras

El análisis de las cajas negras en contraste con lo conversado entre el tráfico aéreo y la aeronave serán las evidencias necesarias para concluir por qué se precipitó el avión con matrícula boliviana.

Pero para ello habrá que esperar unos días, añadió el coronel Bonilla.

En el momento del rescate se encontraron a 11 personas que permanecían con vida tras la estrepitosa caída de una aeronave.

"Le dimos prioridad al rescate porque teníamos personas vivas. Al principio eran 11, luego siete", describió Bonilla.

Y finalmente fueron seis las personas sobrevivientes, entre las cuales se encuentran tres jugadores del plantel brasileño, un periodista y dos miembros de la tripulación.

Momentos antes del accidente, el control aéreo del aeropuerto de Rionegro había perdido la comunicación y no ubicó más en el radar a la aeronave boliviana de la compañía Lamia.

El piloto Miguel Quiroga había comunicado en un principio al tráfico aéreo que tenía una "emergencia de combustible" y 8 minutos después, reportó una "falla eléctrica total".

En ese momento, "el tráfico aéreo le brinda apoyo para su aproximación directa y despejada al aeropuerto, pero se pierde el control en el radar", explicó Bonilla.

Homenaje en la cancha

Bajo la consigna "El fútbol no tiene fronteras", una multitud en el estadio Atanasio Girardot de Medellín homenajeó al equipo brasileño víctima de la tragedia.

En la noche de este miércoles debía jugarse la primera final de la Copa Sudamericana entre el Atlético Nacional y el Chapecoense.

Exactamente en la hora marcada para el juego, colombianos y brasileños fundieron sus voces pararecordar a los 71 fallecidos en el siniestro y a los seis sobrevivientes.

"Campeones son todos los que perdieron la vida, nunca los olvidaremos", rezaba una de las pancartas exhibidas entre la multitud.

La mayoría de los aficionados se vistió de blanco y se pudieron ver muchas banderas de Colombia y de Brasil.

En el exterior del estadio, otra multitud que no consiguió ingresar porque no había más lugares, encendía velas y depositaba flores en la acera en homenaje a los 19 jugadores del Chapecoense, los 25 miembros del cuerpo técnico, directivos e invitados, los 20 periodistas y los siete miembros de la tripulación del avión Avro RJ85, de la compañía boliviana Lamia.

El acto, emotivo de principio a fin, congregó a los ministros brasileños de Relaciones Exteriores, José Serra, y de Cultura, Roberto Freire; al alcalde de Chapecó, Luciano Buligon; su homólogo de Medellín, Federico Gutiérrez; al gobernador del departamento de Antioquia, Luis Pérez, y representantes de Conmebol.

El canciller Serra, como la mayoría de los presentes, no pudocontener las lágrimas y tuvo que interrumpir sus palabras con la vozquebrada por el llantocuando habló de la "terrible tragedia" que vive Brasil por el accidente.

"Muchas gracias Colombia, muchas gracias Medellín, muchas gracias Atlético Nacional, muchas gracias toda la gente que aquí está", dijo el canciller, que fue muy aplaudido en el acto.

Los himnos de Colombia y de Brasil, interpretados por una banda del Ejército abrieron la ceremonia en la cual fueron soltadas en el centro del campo de juego 71 palomas en recuerdo de cada uno de los fallecidos.

Los nombres de quienes perecieron en el siniestro aéreo fueron leídos en medio de aplausos de la multitud, que vibró cuando dos equipos infantiles, uno con la camiseta del Atlético Nacional y otro con la del Chapecoense entraron en la grama llevando globos blancos.

Uno de los momentos más conmovedores de la noche se produjo cuando un toque de corneta marcó el minuto de silencio en memoria del "eterno Chapecoense" que llevó a las lágrimas a muchos.

Al concluir el momento solemne, los presentes rompieron el silencio y comenzaron a gritar "Vamos, vamos Chape", que paralizó la ceremonia por algunos minutos.

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