Por Santiago Piedra Silva y Florence Panoussian (Manta)

Socorristas y supervivientes desesperados escarbaban entre los escombros este lunes en busca de personas atrapadas tras el potente sismo en Ecuador, el peor en 40 años y que dejó al menos 413 muertos, más de 2.000 heridos y una estela de destrozos en la costa del país.

Entre lágrimas, removían con las manos placas de cemento y hierros retorcidos con la esperanza de hallar a sus seres queridos. Y aunque para muchos las noticias eran malas, las tareas de rescate y evacuación daban sus frutos.

Una niña que llevaba 20 horas atascada bajo los restos de un edificio fue recuperada "milagrosamente" con vida en Pedernales, epicentro del sismo que el sábado impactó en particular a la provincia de Manabí, entre otras zonas costeras, reportaron medios locales. 

También la madrugada de este lunes bomberos llegados de Quito celebraron en Twitter el rescate de tres personas de entre los escombros en el barrio Tarqui, en Manta, a unos 180 km de Pedernales y otro de los sitios más golpeados por la catástrofe. 

Destrucción en la localidad costera de Pedernales. 

Pese a los esfuerzos, las autoridades reportaron un aumento de los muertos. "Tenemos lamentablemente que informar que estamos bordeando las 350 personas fallecidas, el número de heridos también se ha incrementado", dijo este lunes el ministro coordinador de Seguridad, César Navas, en declaraciones al canal de televisión Teleamazonas. 

El anterior balance, de 272 muertos y 2.068 de heridos, había sido dado el domingo por la noche por el presidente Rafael Correa, que este lunes recorría las ciudades de Pedernales, Portoviejo, Jama y Canoa, todas muy dañadas.

"Seguramente el número aumentará y probablemente en forma considerable", había advertido el domingo el mandatario al regresar del Vaticano, donde estaba cuando se produjo el terremoto. 

Zona de guerra

El sismo, el más fuerte en el país desde 1979 y que fue sentido también en Colombia y Perú, ocurrió sobre las 19.00 del sábado. Tuvo una magnitud de 7,8 grados y una duración de aproximadamente un minuto, afectando sobre todo a seis provincias de la costa ecuatoriana, de sur a norte.

En la devastada ciudad de Pedernales, con playas sobre el Pacífico y fuerte actividad turística, las calles daban la sensación de estar en una zona de guerra, con casas reducidas a escombros, hoteles derruidos y postes de luz sobre el asfalto. 

"Hay fondos contingentes que ya se han activado: 300 millones de dólares para emergencias, 150 millones para reconstrucción porque después de esto viene la reconstrucción", dijo a France Presse el vicepresidente Jorge Glas.

Un rescatista busca posibles sobrevivientes en la ciudad de Manta. 

"Aquí en Pedernales se han rescatado sobrevivientes entre los escombros y no perdemos la esperanza. No se descarta" la posibilidad de encontrar más personas con vida, añadió.

Toneladas de escombros eran removidos este lunes con maquinaria en esa otrora apacible ciudad balneario. En la vía entre Pedernales y Cojimíes, perros especializados de la policía verificaban la presencia de supervivientes y cadáveres.

En el puerto de Manta, Verónica Paladines, lloraba mientras metía las manos entre los escombros del hotel donde laboraba su esposo. "Hacía (trabajos de) pintura, se fue a descansar aquí abajo cuando pasó eso", contó a la AFP.

Ayuda por aire, tierra y mar

La ayuda internacional empezaba a llegar al país para reforzar las tareas de rescate que continúan pese a la falta de luz eléctrica en algunas zonas.

El canciller ecuatoriano, Guillaume Long, detalló este lunes en Twitter que han llegado rescatistas y expertos de Venezuela, Colombia, Perú, México, Cuba, Bolivia, Chile, Suiza y España. "Trabajaremos cooperación para post-rescate", dijo Long en la misma red social.

Expertos internacionales, barcos con agua potable, aviones con maquinaria para remover restos, camiones con ropa, útiles de aseo, medicinas y alimentos partieron desde la capital y otras ciudades ecuatorianas, así como de Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y Cuba, dijeron las autoridades.

"Tenemos las líneas de financiamiento respectivas del Banco Mundial, del BID y demás. Son aproximadamente 600 millones de dólares que existen para poder enfrentar esta situación tan dura para nuestro país", apuntó el ministro Navas.

Imagen de destrucción en la localidad de Portoviejo. 

Las réplicas continúan

Los sobrevivientes temen nuevas réplicas, que ya suman 230, con magnitudes que van de 3,5 a 6,1 grados, según el último informe el Instituto Geofísico (IG).

"El número de réplicas tiende a disminuir aunque todavía no se puede descartar que se presenten sismos con magnitudes mayores a 5,0", apuntó.

Los últimos registros divulgados por el IG en su cuenta de Twitter dan cuenta de movimientos de entre 3,1 y 4,8 grados en la costa de Manabí, y un reciente movimiento de 4,4 al sureste de las Islas Galápagos.

"Se espera que el tiempo de ocurrencia de réplicas dure por algunos días y semanas", agregó el IG en su reporte.

A pesar de la destrucción en muchos lugares, la infraestructura petrolera "estratégica" de Ecuador no presenta daños que comprometan su funcionamiento, aseguró el ministro coordinador de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda.

Publicidad