La diputada británica Stella Creasy fue llamada al orden por asistir a la Cámara de los Comunes con su bebé de tres meses, que amamanta, desencadenando el miércoles nuevos debates sobre los derechos concedidos a los diputados que se convierten en padres.

Después de llevar a su bebé al Parlamento el martes, la diputada de la oposición laborista publicó en Twitter la foto de un correo electrónico oficial que le indicaba que el reglamento de la Cámara de los Comunes había sido actualizado a principios de septiembre y que un diputado no podía venir "acompañado de un niño".

"Aparentemente no puedo venir con mi bebé de tres meses bien criado y dormido", dijo en su tuit, señalando que, en cambio, "no había reglas sobre el uso de la mascarilla sanitaria". La prohibición de llevar a un niño ya existía en el reglamento anterior.

Sin embargo, la diputada, que desde hace tiempo milita por una mejor inclusión de las madres en la política, ya había venido acompañada de su hijo y anteriormente de su hija. Apareció en la Cámara de los Comunes a finales de septiembre con su recién nacido para reclamar a su presidente, Jacob Rees-Mogg, que las madres sean apoyadas en lugar de "reprendidas" cuando regresan al Parlamento, ya que no gozan de una verdadera licencia de maternidad.

Desde febrero, los ministros del Reino Unido tienen derecho a una licencia de maternidad remunerada de seis meses y a un reemplazo, mientras que antes se veían obligados a dimitir. Las diputadas que no son miembros del gobierno no son sustituidas.

Desde 2019 tienen la posibilidad de votar por poder, después de que la diputada laborista Tulip Siddiq retrasara una cesárea y llegara en silla de ruedas para no perderse una votación importante sobre el Brexit.

En el periódico The Guardian, Creasy indicó que los habitantes de su circunscripción "se verían privados de toda representación" si cesara su trabajo, afirmando que "toda persona que tenga un bebé de tres meses sabe que es demasiado joven para dejarlo solo".

Interrogado sobre el tema por la BBC, el viceprimer ministro Dominic Raab dijo: "Debemos asegurarnos de que nuestra profesión se ajusta al siglo XXI y permite a los padres hacer malabarismos entre el trabajo y el tiempo familiar".

"La decisión final corresponde a las autoridades de la Cámara", agregó, asegurando que la presencia de un bebé "no le impedía", a título personal,"hacer (su) trabajo".

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