El incendio en la Amazonía en Brasil y Bolivia, que incluso se ha extendido a Paraguay y Perú, ha causado preocupación mundial por las miles de hectáreas consumidas de lo que se considera el "pulmón verde" del planeta.

Ante esto, el lamentable hecho ha causado crisis diplomáticas entre Brasil y Francia, luego de que el presidente Jair Bolsonaro rechazara la ayuda monetaria acordada en la cumbre del G7. Decisión que posteriormente fue rectificada pero bajo la condición de recibir el dinero para ser administrado por el gobierno brasileño.

En T13 Noche, el director nacional de la ONG Greenpeace, Matías Asun, entregó serias advertencias sobre el alcance que tienen estos incendios en la actualidad y a futuro, añadiendo que "los esfuerzos no están siendo suficientes para apagar de forma definitiva los focos".

Al menos en Brasil, Matías Asun apuntó a que Jair Bolsonaro "es el repsonsable de apagar el incendio, y él como máxima autoridad del país, es también el máximo responsable de evitar que una situación así se repita".

Sin embargo, y debido a las políticas implementadas por el mandatario brasileño durante su gobierno, "se está pavimentando el camino para la industrialización de la Amazonía", ya que "las multas a quienes han deforestado de manera ilegal no se están aplicando, se retiraron los fondos para las organizaciones que fiscalizan (...) y se han retirado fondos para la conservación indígena".

Esto se ve reflejado en la actitud que ha tenido Jair Bolsonaro de "no aceptar dineros, no querer colaborar y entrar en una discusión absurda sobre memes". Asun lo califica como algo "brutal" y de una "indolencia absoluta".

La Amazonía contiene el 10% de la biodiversidad planetaria, y además es una gran fuente de agua que permite la conservación de los océanos. Pero la quema de estos bosques significa que el Amazonas se transforma en un "sumidero de CO2, que es uno de los principales gases del efecto invernadero".

El director de Greenpeace fue enfático en advertir que "eso que hoy día es bosque, mañana va a ser gas del efecto invernadero", lo que traería consecuencias inmediatas al clima actual en Latinoamérica. Pero eso no es todo, ya que aún no sabemos "cómo esto va afectar las proyecciones climáticas"  a lo largo de los años.

De hecho, ciudades en Brasil, Bolivia, Perú e incluso en Argentina, como es el caso de Buenos Aires, comenzarán a recibir el "material particulado que empieza a afectar a las personas", lo que ha sido visible en los cielos nublados y cubiertos de cenizas.

"Es tan importante que como ciudadanos le exijamos a los gobiernos acción", apeló Asun.

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