Dos cohetes alcanzaron este sábado la base militar de Taji, en el norte de Bagdad, donde dos soldados estadounidenses y una británica murieron en un ataque similar el miércoles, indicaron a la AFP fuentes de seguridad iraquíes y estadounidenses.

El ejército iraquí dijo que al menos dos de sus militares habían resultado heridos.

Desde octubre hubo 23 ataques con cohetes contra objetivos estadounidenses en Irak, donde las facciones proiraníes piden que sean expulsados del país.

Los ataques con cohetes no fueron nunca reivindicados, pero Washington acusa a las brigadas del Hezbolá, una milicia proiraní radical.

Las autoridades iraquíes, respaldadas por las tropas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos para luchar contra las células yihadistas clandestinas en su territorio, dicen que no han conseguido descubrir a los autores de los disparos.

El jueves, por primera vez, las brigadas del Hezbolá elogiaron, sin reivindicarlos, los disparos de 18 cohetes que mataron a dos soldados estadounidenses y a una militar británica. 

Horas después, se produjeron los bombardeos estadounidenses de represalia y según Washington tuvieron por objetivo bases de las brigadas del Hezbolá. En ellos murieron cinco policías y soldados y un civil, según fuentes oficiales de Bagdad.

Este cruce de ataques hace temer una peligrosa escalada en el país. 

A finales de 2019, un estadounidense falleció en un ataque con cohetes y esto provocó que Estados Unidos matara, en enero, al general iraní Qassem Soleimani y a su lugarteniente iraquí en Bagdad. 

Posteriormente también hubo ataques con misiles contra bases militares que albergan a soldados estadounidenses.

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