Estados Unidos, Reino Unido y ocho de sus aliados aseguraron este viernes en una declaración común que el objetivo de los bombardeos contra los rebeldes hutíes en Yemen "sigue siendo reducir tensiones" y "restaurar la estabilidad en el mar Rojo".

"Las acciones de hoy demuestran un compromiso compartido con la libertad de navegación, el comercio internacional y la defensa de la vida de los marinos frente a ataques ilegales e injustificables", declararon en el texto conjunto los diez países (Australia, Baréin, Canadá, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Reino Unido y Estados Unidos).

"Nuestro objetivo sigue siendo desescalar tensiones y restablecer la estabilidad en el mar Rojo, pero queremos dejar un mensaje claro: no dudaremos en defender vidas y garantizar el libre flujo del comercio en una de las vías marítimas más importantes del mundo frente a las continuas amenazas", añade el comunicado conjunto.

Estados Unidos y Reino Unido bombardearon el viernes posiciones de los rebeldes hutíes en Yemen, tras semanas amenazando el transporte marítimo en el mar Rojo en "solidaridad" con los palestinos de Gaza, en un contexto de temor a la propagación del conflicto entre Israel y Hamás en la región.

Estos ataques golpearon emplazamientos militares en varias ciudades de Yemen controladas por los hutíes, dijo la cadena de televisión de los rebeldes. Los insurgentes dieron de momento un balance de cinco muertos y seis heridos.

El grupo, que controla partes de Yemen, forma parte del llamado "eje de la resistencia", una agrupación de movimientos armados hostiles a Israel y apoyados por Irán donde también están el Hamás palestino y el Hezbolá libanés.

Entre los lugares afectados por los ataques de Estados Unidos y Reino Unido estaban la capital Saná y la ciudad portuaria de Hodeida, donde corresponsales de la AFP escucharon explosiones.

A raíz de la guerra en Gaza, los hutíes lanzan desde mediados de noviembre ataques con misiles y drones en el mar Rojo, forzando a muchos armadores a evitar la zona, lo que encarece y retrasa el transporte entre Europa y Asia.

El presidente estadounidense, Joe Biden, describió los bombardeos como una "acción defensiva" en respuesta "a los ataques sin precedentes de los hutíes contra buques internacionales en el mar Rojo" que amenazan el comercio global.

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