En Estados Unidos fue ovacionado por miles de fieles y halagado por políticos conservadores y progresistas. Pero sólo tres días después de que dejara el país, se conoció un encuentro que el Vaticano mantuvo en secreto y que promete levantar polémica.

Este miércoles se conoció que el papa Francisco se reunió con Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que pasó varios días en la cárcel por negarse a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales.

La noticia se conoció a través de la propia Davis que dijo en una entrevista con la cadena ABC que se reunió durante 15 minutos con el papa en la sede diplomática del Vaticano en Washington y que éste la instó a "mantenerse firme".

La confirmación llegó horas después, con la polémica ya servida, de la boca del portavoz del pontífice, Federico Lombardi, quien sin embargo dijo no tener nada más que añadir sobre el encuentro.

Un rosario

Davis, funcionaria electa que defiende que su fe cristiana debe exonerarla de fimar las licencias de matrimonios homosexuales, pasó seis días en prisión a principios de mes tras desafiar una orden judicial que le obligaba a casar a parejas gays.

Según contó la propia Davis, ella y su marido fueron invitados a reunirse con el Papa tras la tormenta mediática que desató el caso.

"Me tomó de la mano y me dijo: Gracias", afirmó la funcionaria de fe evangélica cristiana.

Davis aseguró que el papa le regaló un rosario y le renovó el compromiso con su causa.

La objeción de conciencia, "un derecho"

En una conversación con periodistas en el vuelo que le llevaba de vuelta a Roma, el Papa defendió la "objeción de conciencia" cuando se trata de defender la libertad religiosa.

"Si el funcionario de gobierno es una persona humana, tiene ese derecho. Es un derecho humano", afirmó el pontífice sin referirse al caso específico de Davis.

Bajo el pontificado de Francisco, la Iglesia católica ha tomado un punto de vista más compasivo de las relaciones homosexuales que con los papas anteriores, según cuenta desde Roma el corresponsal de la BBC Davis Willey.

Sin embargo, no se han dado cambios en la condena de la Iglesia al matrimonio o las relaciones homosexuales.

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