AFP

El mayor banco de Australia, la Commonwealth Bank, admitió la pérdida de los datos financieros de unos 20 millones de clientes, aunque aseguró que éstos no deberían preocuparse. 

El Commonwealth Bank indicó que no lograba encontrar dos cintas de datos magnéticos en las que guardaba nombres, direcciones, números de cuenta y detalles de transacciones realizadas entre 2000 y 2016, cuando el incidente fue revelado por la prensa. 

Según el canal de televisión ABC, esos datos deberían haber sido destruidos por una empresa subcontratada para desmantelar su centro de datos, pero el banco nunca recibió una confirmación escrita de que la operación se había llevado a cabo. 

El banco aseguró a sus clientes que no tenían motivos para estar preocupados, ya que las cintas magnéticas extraviadas no contenían contraseñas, códigos PIN ni otros datos que puedan ser utilizados para fraudes. 

Según una investigación realizada en 2016, lo más probable es que las cintas acabaran en la basura, indicó el banco en un comunicado. 

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