Como es tradición desde 1955, el debate de la Asamblea General de Naciones Unidas arrancó con la intervención de Brasil, en esta ocasión representado por el presidente Michel Temer.

El mandatario, se estrenó en la ONU a tres semanas de haber sido confirmado en el cargo tras la destitución en juicio político de la Presidenta Dilma Rousseff. 

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Temer afirmó que su país acaba de vivir un proceso largo y complejo dirigido por el Congreso Nacional y la Corte Suprema. 

Agregó que la tarea de su Gobierno ahora es la de reanudar el crecimiento económico para garantizar que los trabajadores “recuperen los millones de empleos perdidos”, en medio de una “responsabilidad fiscal y social”.

Durante su discurso, hizo alusión a varios temas internacionales como los conflictos en Medio Oriente, los ensayos nucleares de Corea del Norte, el acuerdo de paz en Colombia y la reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

“Esto es un ejemplo de que no hay antagonismos eternos o puntos muertos inalterables. Confiamos que este acercamiento lleve a la región a avanzar en materia comercial y económica, y esperamos que la reanudación vaya seguida de un fin al embargo económico contra Cuba”, dijo.

El presidente brasileño señaló que mañana depositará ante el Secretario General el instrumento de ratificación del Acuerdo de París sobre Cambio Climático y reafirmó que su país, por ser el de mayor biodiversidad del planeta, mantiene su compromiso irrestricto con la protección del medio ambiente.

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