Así lo confirmaron fuentes sindicales el miércoles. Esta demanda se produce una semana después del centenario del nacimiento de 'Evita', uno de los personajes históricos más influyentes del país por ser un símbolo de la clase popular e impulsora de la consecución del voto femenino en Argentina.

Además de pedir su beatificación al Vaticano, la CGT difundió un comunicado en el que aclama a Evita "santa del pueblo" por "su inmensa obra, el milagro de la Argentina justa".

 "Los argentinos nos reconocemos en Eva Perón. Ella no tuvo miedo de ir a las periferias sociales y existenciales, como la Iglesia que propone el papa de los pueblos", manifestó la organización en referencia a Jorge Bergoglio, que antes de papa fue arzobispo de Buenos Aires.

La ex primera dama y su esposo, el expresidente Juan Domingo Perón, fueron los líderes fundacionales en los años cuarenta del peronismo, movimiento político todavía muy presente en la Argentina actual.

Eva Perón falleció a los 33 años por un cáncer de útero y desde la CGT señalaron que "el enorme desgaste que sufrió su salud con motivo de su entrega por los necesitados fue martiriológico, porque sabiendo ella los riesgos que corría su salud y su vida, se ofrendó por sus humildes".

Para la organización sindical, cien años después de su nacimiento, Evita sigue estando en el "corazón popular" y en los "altares del pueblo humilde junto a la Virgen María" por entregar su vida al rescate de la "dignidad" de la persona "en su sentido más trascendente".

"Eva Perón pudo sentir la misión de venir al mundo para hacer obra y prédica que entregó como don al pueblo argentino e iberoamericano y a todos los pueblos con sed de justicia", aseguraron desde la mayor fuerza sindical del país.

En declaraciones a la radio LT3, el arzobispo de la ciudad argentina de Rosario, Eduardo Eliseo Martín, expuso que le sorprendió esta iniciativa, pero remarcó que el pedido es "legítimo".

Sin embargo, confesó desconocer si la solicitud fue hecha con el "debido procedimiento", que afirmó debe hacerse frente a la autoridad eclesiástica correspondiente, que es después "la que juzga si se dan las condiciones para iniciar o no un proceso".

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