Por Loreto Concha

El ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos y actual  Director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, Arturo Valenzuela, conversó con T13 acerca de la situación que vive Latinoamérica y en especial su relación con Estados Unidos, a una semana de la Cumbre de las Américas.

¿Cómo será desde ahora la relación entre Cuba y Estados Unidos?

Sin duda que la Cumbre marcó un punto importantísimo en la relación entre ambos países. Ha pasado más de cinco décadas desde que habló el presidente de los Estados Unidos directamente con su homólogo cubano. Este ha sido un cambio considerable.

En mi opinión, tras esta reunión la relación entre ambos países va a mejorar. Aunque hay que tener mucho cuidado de pensar que las cosas se van a precipitar mucho.

¿Qué sucederá con la relación entre Venezuela y EE.UU.?

La relación de Estados Unidos con Venezuela se encuentra en una situación difícil, debido a la actual crisis que vive Caracas. El país se encuentra en bancarrota y muy endeudado. 

Esta nación no tiene los ingresos que recibía antes desde el petróleo, tomando en cuenta que su economía depende de este carburante. Así, tenemos la caída del precio del crudo, la baja de producción, porque no hay inversión, y la venta del hidrocarburo que se está haciendo a Asia, donde lo compran a menor valor. El país se encuentra en una situación muy difícil.

Además, la muerte de Hugo Chávez  ha afectado a nivel político al país. Desgraciadamente, al régimen (de Nicolás Maduro) se le ha ocurrido que tiene que echarle la culpa a EE.UU.  y a la oposición por los fracasos que ellos tienen. 

La intención del presidente Barack Obama de ninguna forma es un objetivo bélico en contra de Venezuela, ni se busca botar este régimen. Lo que pide el mandatario de Estados Unidos es que en el país haya un proceso democrático, que se respeten las elecciones y que se busque un entendimiento a pesar de las discrepancias sobre temas de política local e interna.

A raíz de la inversión de China en Latinoamérica ¿Cree que EE.UU. busca recuperar terreno en la región?

Hay que entender que  Estados Unidos no ha perdido terreno en la región. Para EE.UU., es un terreno importantísimo. Un 42% de todas las exportaciones de EE.UU. van a las naciones hispanas. Este sigue siendo un negocio importantísimo para Norteamérica.

Lo que ocurrió es que los chinos están interesados en las materias primas y las han buscado en Latinoamérica. EE.UU. no importa cobre, a diferencia del gigante asiático que está buscando ingresar este material. Esto acurre porque Norteamérica es productor del metal rojo.

Hay tres productos que representan un 60% de todas las exportaciones de Latinoamérica a China,  el cobre que es un 20%, el hierro y la soya. Pese al incremento extraordinario de estos envíos, ha habido una baja a raíz de la declinación de la economía de Pekín.  El gigante asiático no acepta muchos productos con valor agregado y quiere poner todos sus bienes en América Latina, por lo que hay un cierto desbalance. Ello está causando problemas en la relación de ese país con la región.

Para Estados Unidos no es un problema que Latinoamérica quiera comercializar con China. Todo lo contrario. Si les va bien a los países hispanos con Pekín, le irá bien a Norteamérica. Además, si los países sudamericanos crecen, tiene la oportunidad de importar mercaderías de punta y servicios, como computación, desde EE.UU. lo que sería provechoso para el país.

Pese a esto, la baja de crecimiento en China está complicando no solamente a Pekín si no a los latinoamericanos. Por ejemplo en Chile, donde ha habido una baja en la exportación y en los precios del cobre.

Con respecto a la relación de EE.UU. en la región ¿Washington tomará en cuenta a la Celac como un interlocutor valido o pondrá todas sus fichas en la Alianza del Pacífico?

La verdad que hay que separar las cosas. Obviamente se valora mucho lo que se está haciendo en la Alianza del Pacífico por la integración que ha caminado muy rápidamente. La interacción de los países pertenecientes a esta alianza ha generado una baja importantísima de los aranceles en la región. A punto que hay pocos aranceles y en este momento hay más integración económica en los miembros de la Alianza del Pacífico que en los del Mercosur. Esto es un contrasentido, porque el Mercosur es una asociación aduanera que lo que busca en el fondo es proteger los intereses de los productores especialmente en el país más grande que es Brasil.

El Mercosur es un proceso que no está tan abierto al mundo, es mucho más autárquico a diferencia de la Alianza del Pacífico que va en otra dirección. Ahora, para Estados Unidos  es importante tener buenas relaciones con todos los países a pesar de las posibles divergencias sobre muchos temas.

Pese a esto yo tengo esperanza y optimismo de que efectivamente hay mucho que conseguir.  Por ejemplo América del Norte ha podido resolver problemas que en el mundo aún no se ha logrado, como el caso de la energía. Ello puede ayudar al resto de los países y eso es lo que busca Estados Unidos.

A raíz de la crisi tanto política y económica que vive Latinoamérica. ¿Cree que esta es una oportunidad para Estados Unidos de inversión y de reforzar relaciones en la región?

El avance de Latinoamérica es extraordinario tras la guerra fría y la década pedida de los 80, cuando lo que se manejaba era un modelo económico que generó un bajo crecimiento. Los países, aunque no todos, han aprendido que ese tipo de modelo económico no funciona. Es necesario tener apertura al mundo y privilegiar la disciplina macroeconómica. Pero también es importantísimo asegurar el estado de derecho y que los temas de corrupción y la falta de claridad y transparencia no continúen siendo un déficit institucional bastante serio en la región.

Estados Unidos busca ir colaborando con países que a su vez están tratando de asentar bases para su crecimiento con equidad y bases para tener sistemas políticos abiertos, democráticos y que permitan efectivamente superar los vacíos y buscar las oportunidades del siglo XXI.

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