Una escuela secundaria en Florida, Estados Unidos, se enfrenta a una polémica después de que se modificaran digitalmente las fotos de una docena de estudiantes para que se vieran más modestas.

Bartram Trail High School en el condado de St. Johns entregó sus anuarios el miércoles y los estudiantes se sorprendieron al descubrir que sus fotos escolares habían sido editadas apresuradamente sin su conocimiento.

Entre esos estudiantes estaba Zoe Iannone, una estudiante de primer año cuyo cabello acababa de volver a crecer después de que lo perdió por una enfermedad.

"Se tomó la molestia de verse bien ese día. Sabía que no podía controlar su cabello, así que quería controlar otras variables", dijo a People la madre de Zoe, Amanda Emery.

Emery dice que Zoe, de 15 años, se sorprendió inicialmente al descubrir que su pecho había sido cubierto por un trabajo de edición digital deficiente, y pronto se sintió "asquerosa" al darse cuenta de que el proceso de edición significaba que su cuerpo ahora había llamado la atención de otros.

Riley O'Keefe, de 15 años, tuvo un pensamiento similar cuando notó por primera vez que la foto de su anuario tenía una barra negra colocada sobre su pecho, le dice su madre Amanda Fabre a People.

"Dijo que empezó a hojear las páginas y que fue una especie de indignación. Dijo: 'Mamá, quería llorar'", dice Fabre. "Es muy triste, mataron las fotos de estas chicas. Y creó un problema donde no había ninguno".

Fabre dice que Riley, quien espera convertirse algún día en abogada, vestía exactamente la misma camisa que estaba en la foto el día en que salió el anuario, por lo que Fabre la llevó de regreso a la escuela para preguntarle al subdirector si Riley estaba violando el código de conducta de la escuela. Fabre dice que le dijeron que Riley vestía de acuerdo con el código de vestimenta.

Emery también dice que el atuendo de su hija Zoe no violaba el código de conducta de la escuela, que establece que las blusas y camisas de las alumnas "deben cubrir todo el hombro y deben ser modestas y no reveladoras ni distraídas".

El sitio web de la escuela establece que todas las fotografías individuales de los estudiantes en el anuario deben ser consistentes con el código de conducta o corre el riesgo de ser ajustadas digitalmente.

"Sienten que la escuela los sexualiza", dice Fabre. "Alguien tenía que ser la autoridad para tomar estas decisiones con respecto a sus cuerpos. Mi hija dice, 'Mamá, es asqueroso que alguien mire mi foto de noveno grado y eso sería lo primero que verían'".

A su vez, las autoridades del distrito escolar se escudaron diciendo que fue una profesora del anuario quien tomó la decisión.

Por otra parte, la institución expresó que está ofreciendo reembolsar el dinero del anuario de los padres por las fotos retocadas, pero una madre, la cual no quiso que se compartiera su identidad, manifestó que un reembolso no es suficiente.

“Nuestras hijas de Bartram merecen una disculpa. Les hacen sentir vergüenza por quiénes son“, dijo.

Publicidad