Pakistán enfrenta unas crisis de seguridad, económica y política antes de las elecciones, aplazadas a enero próximo, en momentos que el principal rival de Sharif, el popular Imran Khan, permanece encarcelado.

"Este es un tiempo de esperanza y celebración. Su regreso es bueno para la economía y el pueblo de Pakistán", declaró Khawaja Muhammad Asif, dirigente del partido Liga Musulmana Pakistaní (PML-N), de Sharif.

Sharif ha pasado los últimos días en Dubái, desde donde volará a la capital Islamabad y luego a Lahore, donde se congregarán sus simpatizantes para un mitin de bienvenida, anunció su partido.

Su regreso ha sido anunciado por meses por el PML-N, cuyos dirigentes esperan que el peso político de Sharif reviva su declinante popularidad.

Sin embargo, sobre el exjefe de gobierno pende una condena por corrupción y una inconclusa sentencia de cárcel.

Esta semana, la Alta Corte de Islamabad otorgó a Sharif una medida de protección hasta el martes, levantando la amenaza de arresto inmediato al regresar al país.

Exprimer ministro de Pakistán fue sentenciado

Sharif fue primer ministro en tres ocasiones hasta que fue depuesto en 2017 e impedido de participar en la política por vida tras ser condenado por corrupción.

Cumplió menos de un año de su sentencia de siete años, antes de recibir permiso de recibir atención médica en Reino Unido. Ignoró las órdenes posteriores de regresar al país durante el gobierno de Imran Khan.

Su suerte cambió cuando su hermano Shehbaz Sharif llegó al poder el año pasado y promovió cambios legales que lo favorecieron.

Sin embargo, le será difícil conquistar a un electorado desconfiado de las dinastías políticas, con una población joven atraída por el partido de Khan, más adepto a las redes sociales.

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