AFP.

El gobierno de Filipinas anunció este lunes el fin de la batalla contra el grupo Estado Islámico en la ciudad del sur del archipiélago donde murieron más de mil personas en cinco meses.

"Estamos anunciando el fin de todos las operaciones de combate en Marawi", dijo a la prensa el secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, al margen de una reunión sobre seguridad en Clark, ciudad del norte de Filipinas.

Lorenzana dijo que no había más combatientes, conocidos por pertenecer al grupo de Maute, que opusieran resistencia a las fuerzas filipinas, después de una violenta batalla final, tras la cual fueron recuperados 42 cuerpos.

"Fueron los últimos combatientes de Maute, que se habían atrincherado en un edificio y hubo un tiroteo, y terminamos con ellos", dijo.

"Todos los terroristas que luchaban contra los militares", precisó. "Todos los rehenes fueron rescatados".

El 23 de mayo, cientos de combatientes que habían jurado lealtad al grupo Estado Islámico (EI) tomaron el control de barrios enteros de Malawi, en el sur del archipiélago, y utilizaron luego a los civiles como escudos humanos.

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, había proclamado el martes que Marawi había sido "liberada de la influencia de terroristas", pero que los combates proseguían.

Este anuncio tuvo lugar después de la muerte, la víspera, del jefe del EI en el sudeste asiático, Isnilon Hapilon.

Hapilon figuraba en la lista estadounidense de los "terroristas más buscados". Según Duterte, y también para los analistas, era el "emir" regional del EI y el principal impulsor del grupo yihadista para instaurar un "califato" en esta zona.

Los enfrentamientos estallaron el 23 de mayo después de una operación para capturar a Hapilon, buscado desde hacía años, primero como jefe de Abu Sayyaf, grupo extremista especializado en secuestros, y luego como jefe regional del EI.

Este dispositivo para capturarlo fue un fracaso, e hizo que los yihadistas lanzaran su ofensiva contra Marawi.

Más de 400.000 personas abandonaron la ciudad huyendo de los combates, que causaron más de 1.000 muertos en cinco meses.

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