"Un amigo me dio algunos trajes en febrero, ¿y qué?", dijo Fillon en una entrevista con el diario económico Les Echos.

El candidato conservador, que deberá comparecer ante la Justicia este miércoles ante la sospecha de que la contratación de su esposa en el Parlamento francés pudo haber sido un empleo ficticio, dijo que su vida privada está siendo examinada como la de ningún otro candidato. "Mis acciones y movimientos están siendo examinados todos los días con el fin evidente de dañarme y sacarme de la carrera presidencial", aseguró.

Trajes exuberantes

El diario dominical Le Journal du Dimanche afirmó que uno o más benefactores anónimos le compraron trajes y otras prendas de vestir por un valor de 48.500 euros en la sastrería de lujo Arnys desde 2012. Les Echos, sin embargo, sólo le preguntó por dos trajes de 6.500 euros que supuestamente recibió en febrero.

La campaña de Fillon se ve empañada desde hace semanas tras conocerse que habría pagado un sueldo durante años con dinero público a su esposa Penelope como asistente parlamentaria, y también a sus dos hijos. La contratación de familiares no es un delito en Francia pero la Justicia investiga si realmente realizaron alguna tarea o si se trató de un empleo ficticio.

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