La Fiscalía de París abrió este 9 de junio una investigación preliminar en torno a la formación centrista MoDem –aliada del presidente francés, Emmanuel Macron– con miras a corroborar las sospechas que pesan sobre ella: abuso de confianza y ocultación al usar a asistentes parlamentarios europeos para trabajar en el partido y no en la Eurocámara.

Las pesquisas comenzaron como consecuencia de la denuncia de un antiguo colaborador del partido, quien dijo haber sido pagado con fondos públicos del Parlamento Europeo, pero empleado en la sede partidaria en Francia.

El caso remite de forma inequívoca al que afecta también al ultraderechista Frente Nacional, por el que está siendo investigada su líder, Marine Le Pen. MoDem es la agrupación que lidera el actual ministro de Justicia francés, François Bayrou, quien retiró su propia candidatura presidencial semanas antes de las elecciones para apoyar a Macron.

La oposición, encabezada por Los Republicanos (centro-derecha), ha pedido la dimisión de Bayrou para que no se entorpezca la investigación. Pero no parece sencillo que los conservadores vayan a cobrarse esa pieza fácilmente.

Y menos aún a sólo horas de la primera vuelta de las elecciones legislativas (la segunda es el 18 de junio). El Gobierno recurrió al primer ministro, Edouard Philippe, convertido en el auténtico apagafuegos de estos primeros pasos del quinquenio de Macron, para sofocar la polémica y no permitir que se abra un "caso Bayrou".

Hasta ahora, las sospechas de corrupción y nepotismo que desde hace semanas recaen sobre algunos de los más cercanos aliados del presidente Macron apenas han hecho mella en las perspectivas de su partido, gran favorito de cara a los comicios legislativos. 

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